Opinión

¿Y la disciplina del elector?

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12 de diciembre de 2017, 4:00 AM
12 de diciembre de 2017, 4:00 AM

Decir que la cuarta candidatura de Evo Morales es inconstitucional es extemporáneo. Ya la tercera (la actual) lo es porque la Constitución claramente la prohíbe en su artículo transitorio. Lo único que ha sucedido es una nueva prevaricación de los miembros del Tribunal Constitucional; reitero, una nueva, porque no es la primera y no será la última. De un Gobierno de prevaricadores, mentirosos y autoritarios podemos esperar de todo, como sucedió en Beni con los candidatos a alcaldes y gobernador de un partido político que fueron descalificados mediante otra prevaricación. 

Mucho se hablará en lo venidero de la necesidad de que la oposición política se una y logre una sola candidatura para enfrentar al MAS. Eso sería lo óptimo, pero no es lo más probable. Los apetitos de quienes, al final de cuentas, son tan humanos como el resto de nosotros, hará difícil que busquen un bien común por encima de la vigencia y el crecimiento de sus propios instrumentos políticos. Los actos de sacrificio son escasos en la historia de la política, aquí y en todo el mundo. Tal vez, aunque tenemos el ejemplo a no seguir de Venezuela, esperemos a estar como Venezuela antes de que se articule una mesa de unidad.

Ante esta situación, el elector, el pueblo, tan proclive a equivocarse, podría lograr artificialmente una candidatura única, incluso existiendo varias candidaturas, votando por el candidato con más posibilidades de ganar. Esto estrictamente es imposible. Quien se presenta como candidato, lo hace porque tiene cierto apoyo que en lo mínimo consiste en el de su mamá y cada candidatura adicional resta. Pero no impide que haya una conciencia de la importancia, no de que gane el candidato de nuestros sueños, sino de impedir que siga la impostura actual.

Le tocará al elector dejar de lado al candidato que más le gusta y votar por quien, según las encuestas, tenga las mejores posibilidades de ganar. No solo los líderes políticos deben estar dispuestos a hacer sacrificios, sino también los electores. Ojalá haya sensatez en ambos.

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