Opinión

Pues no, Jerjes y otros no tienen razón

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10 de marzo de 2019, 4:00 AM
10 de marzo de 2019, 4:00 AM

Por más que haya quienes sostienen que a lo mejor la estupidez dicha por Jerjes Justiniano, con relación a Percy Fernández, tiene algún tipo de asidero (creo que en todo caso es un punto de apoyo para quienes mal quieren a los cruceños), aquello no es verdad.

Creer que puede ser medianamente cierto que a Percy “se le perdona todo”, porque toquetea nalgas y besa a la fuerza a la mujer que se le pasa al lado y que uno quiere ser como él, no pasa de ser una estupidez o, peor aún, tal vez un deseo oculto de quien lo dijo.

Creer o considerar que a Percy Fernández se lo elije por sus abusos y disparates es un despropósito y una lectura o interpretación sesgada y malintencionada y, lo que es peor, carente de análisis.

Para quienes no lo saben, Percy Fernández fue elegido la primera vez, por su carisma y por sus antecedentes, evidentemente, pero eso no le alcanzaba; de manera que fue elegido fundamentalmente porque estaba impulsado por el partido político de mayor presencia en el oriente boliviano en ese tiempo: el MNR; de otra manera, su elección hubiese sido imposible, porque esos eran tiempos de partidos y estructuras políticas y en ese partido encontraron a quien tenía el antecedente de haber sido uno de los más destacados profesionales y dirigentes de ese tiempo, entre otros de igual valía. Además, tenía el antencedente de haber sido presidente del Comité de Obras Públicas, presidente del Comité pro Santa Cruz y, hasta ministro del primer gobierno de la recuperada era democrática, es decir, venía con acumulación personal.

Pero, por si no lo saben o se olvidaron, es bueno recordar que Percy Fernández ganó y perdió elecciones y en varias ocasiones tuvo que hacer alianzas. Así hubiese tenido ‘carisma’, a Percy Fernández se lo eligió por el partido y por la maquinaria electoral que lo llevó como candidato.

Johnny y Roberto Fernández le amargaron la vida a mediados de la década de los 90. Cuando Johnny Fernández lo venció, él logró solo 3 concejales y eso fue hasta entrado el 2000 (su retorno triunfal se da recién en 2005). No creo equivocarme al decir que su retorno se dio porque las administraciones de los hermanos Fernández Saucedo fueron tan malas que ganó por ‘descarte’. En ese caso, no importó el escandaloso ‘affaire’ de “la cieguita” y los contratos con sus amigos de ECU; la gente quería un alcalde que sea mejor que quienes se fueron y lo eligió a él, que fue “perdonado”, pese a su pasado. La ciudad necesitaba un alcalde que ‘sepa’; eso lo puso en camino.

Para entonces, Fernández había tenido ‘locuras’ tolerables (no de abusos a mujeres), pero no se había mostrado a sí mismo como ese sátiro descontrolado que conocimos en el último tiempo. Así que creer que ganó por eso, o que nos representa precisamente por sus defectos y no por sus virtudes, es tratar de echar tierra a una ciudad, la más pujante del país, que cree que son las aberraciones de un líder o figura, las que llevan a una colectividad a elegirlo. No me extraña, hay gente a la que le fascina vernos a los cruceños como idiotas, seguramente por no mirarse a sí mismos, que eligen a cada espécimen político sin ninguna capacidad.

Fernández se ha destruido a sí mismo, es cierto, como lo es el hecho de que cuenta con un aparato político y económico (plata municipal) que se ha encargado de ‘amainar o tapar’ la furia de la gente. Lo rodean de chupamedias tan corruptos como él y lo muestran como ‘hacedor’, cuando la realidad es que hoy se repite como una muy mala copia de él mismo y ya no tiene nada que aportarle a la ciudad. Evidentemente, tienen plata y movilizan gente, el populismo es así, logra tapar cualquier cosa con dádivas, regalos y ‘pegas’, agrandando el aparato municipal y aliándose con cualquiera.

Una lectura equivocada nos podría llevar a pensar que el país votó tantas veces por Evo Morales porque es cocalero o machista, por considerar a la mujer como ‘objeto de uso y de burla’ y eso no sería cierto tampoco, porque Morales tuvo la suerte de aprovechar el descrédito de los partidos de la democracia pactada y luego, con su capacidad de movilizar masas en su favor, fue usando su corrupto poder en pos del armado de un aparato electoral impresionante, populista y machista también (nunca cumplió con la ley de la paridad). Entonces, sería un absurdo y estupidez, considerar que esos ‘deméritos’, llevan a la gente a ganar elecciones.

La pena es que muchos de los que así lo dicen, hacen análisis y periodismo… ¡pobre país el nuestro!

 

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