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11 de noviembre de 2018, 4:00 AM
11 de noviembre de 2018, 4:00 AM

Dos convenciones internacionales relacionadas con la neurociencia y la educación se inauguran estos días en Santa Cruz de la Sierra. El primero es el XXXVIII Congreso Latinoamericano de Neurocirugía (CLAN 2018, 11 al 14 de noviembre), que se efectúa en nuestro país después de 26 años. Se trata del evento más significativo de Amé- rica Latina en esta especialidad, que cobijará a más de quinientos invitados de los 5 continentes. Posar sus pies en dicha reunión en suelo cruceño, significa tácitamente un merecido reconocimiento al trabajo de los neurocirujanos bolivianos en América Latina. Se abordarán temas relacionados a los últimos avances en el diagnóstico y tratamiento quirúrgico de las enfermedades del cerebro y la mé- dula espinal, tanto de niños como de adultos. El otro cónclave, no menos importante que el anterior, es el II Congreso Internacional de Neurociencia (12 y 13 de noviembre), organizado por el Instituto de Neurociencia de la Universidad Franz Tamayo. El tema central es “Neuroeducación e Innovación”.

Está dirigido de modo particular a maestros de colegios, sicólogos, pedagogos, docentes universitarios y padres de familia. El objetivo es poder comprender mejor el funcionamiento del cerebro aplicado al proceso de enseñanza-aprendizaje y aprovechar el desarrollo neurobiológico para educarse de modo más eficiente, y al mismo tiempo, conocer los diferentes trastornos o alteraciones neurológicas que afectan a la cognición y emociones en ni- ños y adolescentes. En el campo de la innovación y creatividad – camino al desarrollo de un taller de fabricación digital (Fab Lab)–, también se podrá observar el uso de las impresoras en 3D y sus beneficios, sobre todo en el campo de la medicina. Nuevas investigaciones develan la progresión de una nueva disciplina llamada Neurociencia educativa, encargada de estudiar los mecanismos que regulan el control de las reacciones nerviosas y el comportamiento cerebral, que influyen en obtener más conocimientos y habilidades. Desde el punto de vista de la neuroeducación se sabe que las emociones, el aprendizaje y la memoria están estrechamente vinculadas, y que la inteligencia es un concepto multidimensional.

La teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner (Harvard) como contrapeso al paradigma de una inteligencia única, nos llevó a desarrollar una educación personalizada, basada en competencias. En consecuencia, hablar hoy del valor absoluto que tiene un test de inteligencia es continuar vegetando en el pasado. Por tanto, el reto actual del buen maestro o del docente universitario responsable como guía, es el de orientar al estudiante a reconocer cuál de sus inteligencias es la más sobresaliente, reforzándolas, para acceder más expeditamente a la información, sin olvidar desenvolver el resto de sus habilidades.

La independencia y la autonomía de las nuevas tecnologías son algunas de las competencias que la sociedad está reclamando a la juventud. Así, hoy por hoy, la responsabilidad de la educación recae principalmente en el propio estudiante. Estos dos encuentros intercontinentales refuerzan la idea de irradiar desde aquí a la nueva Edutrópolis, para llevarla al feliz encuentro con la nueva modernidad, que yace entre nosotros. Para ello, debemos ser conscientes que únicamente la economía del conocimiento vencerá a nuestra pobreza centenaria, y donde la educación como llave del futuro, dejará de ser una máquina basada en los principios de la revolución industrial y fomentará a niños y jóvenes para descubrir cada uno su mejor derrotero en la Santa Cruz del mañana. 

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