Opinión

Libros que uno busca y los que lo buscan a uno

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24 de diciembre de 2017, 14:29 PM
24 de diciembre de 2017, 14:29 PM

Hay libros a los que uno no para hasta encontrarlos, que se los rastrea como quien busca el gran tesoro de todos los tiempos. Son libros que sin tenerlos entre las manos, uno siente que son parte de la familia o del cuerpo como son los pies o el corazón o los mismísimos ojos. Uno los busca en las pocas librerías que quedan en la ciudad,  en las que sobreviven como pueden en el interior del país o encarga a algún amigo que está de paseo en un país donde las tiendas de libros no se encuentran, como en Bolivia, en peligro latente de extinción.

Y si uno es el que viaja, aprovechará para hurgar por aquí y por allá en las librerías de usados, en esos lugares donde es muy probable que esté delirantemente oculto un ejemplar de la primera edición de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, publicada en 1967 por editorial Sudamericana y de la que solo se imprimieron 8.000 ejemplares. Pensar en eso es una locura, lo sé. Pero pensar en eso también es tan literario como cuando en los primeros años de universidad, en las entrañas de la zona de cachivaches del mercado Los Pozos, con Carlos y con Ronald escarbando encontrábamos ediciones antiguas que tienen un precio de colección sentimental.  

Pero también están los libros que lo buscan a uno, que le tocan la puerta de la mirada, que sorprenden porque saltan en las ferias de libros o que son recomendados en una conversación, o que al abrirlos saben atrapar desde el primer párrafo o porque su autor, o su autora, se ha acercado con su sonrisa en la cara y su libro autografiado en la mano.

Fue así como Caos, prosa poética, llegó a mis manos una noche de este diciembre. Ocurrió en la sala de la Casa de Gobierno que está a un costado de la plaza 24 de Septiembre. Ahí se desarrollaba la Cuarta feria navideña del libro y María Claudia Ardaya apareció como aparecen los escritores. Me presentó la obra de su creación y sentí cómo hablaban sus ojos cuando me contaba sobre el fruto de su trabajo: un libro de poesía que amparado en la fuerza de la prosa introduce al lector de manera poética en un mundo donde reinan la luna y las habitaciones, las alas y los viajes, el amor y el desamor y uno que otro fantasma necesario para hacer de Caos un buen regalo de Navidad.