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20 de julio de 2018, 4:00 AM
20 de julio de 2018, 4:00 AM

En su partido de despedida en el 2001, Diego Maradona declaraba emocionado que las equivocaciones personales no deberían ensombrecer al balompié, porque “la pelota no se mancha". La FIFA toma al pie de la letra las palabras del astro argentino y se ha empecinado en mantener inmaculado un deporte devenido en millonaria industria. Así, quiere evitar cualquier situación que ‘politice’ el fútbol, aunque esto a menudo es imposible. La Copa Mundial en Rusia no ha sido la excepción, los dos equipos que disputaron la final están atravesados por lo político.

Varios jugadores de la selección croata fueron víctimas de la violencia armada y del desplazamiento forzado de la guerra de independencia de su país. Veinte años más tarde se convirtieron en héroes tras llegar a la final del torneo. Sin embargo, casi no se ha mencionado que algunos seleccionados comulgan con el encendido nacionalismo derechista que se populariza en el joven país, el mismo que profesan algunos de sus hinchas fascistas que lograron que se multe al seleccionado. 

El presidente francés Macron celebró la victoria de su selección y no dudó en besar la frente de Killian Mbappé, la nueva promesa del fútbol mundial. Hecho paradójico, pues Mbappé, de madre argelina y padre camerunés, proviene de un ‘banlieu’, uno de los barrios marginalizados que receptan migrantes, cuyo crecimiento Macron se empeña en detener con el endurecimiento de sus políticas migratorias. Los banlieu son el principal semillero de la selección gala y es donde surgirán las futuras estrellas del fútbol francés que firmarán contratos millonarios, aunque en el camino quedarán cientos de jóvenes que tendrán que lidiar con la pobreza y el racismo estructural.

Maradona se equivocó: la pelota ya viene manchada. En Latinoamérica el fútbol también es una promesa para miles de jóvenes que desean escapar de la miseria del barrio, de la favela, de la comunidad. Sin duda, este deporte nos seguirá fascinando, aunque no debemos olvidar aquellas realidades que también lo hacen posible.

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