Opinión

Firmeza ante el desborde

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17 de noviembre de 2017, 4:00 AM
17 de noviembre de 2017, 4:00 AM

Con el traslado de gremiales del Abasto al Centro de Abastecimiento Mayorista (también llamado Abasto Sur), ubicado entre el octavo y noveno anillo de la carretera a La Guardia, el Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra comienza a concretar un proyecto que nació en 1990 y que, por diferentes factores, durmió durante 27 años.

Se trata del primer mercado modelo, de un total de tres, que construyó la comuna cruceña para reordenar los centros de abastecimiento y recuperar los espacios públicos, copados por los comerciantes informales. En la construcción de este nuevo centro de abastecimiento, el Gobierno edilicio invirtió Bs 90 millones, dinero obtenido a través de un crédito de la Corporación Andina de Fomento.

Se trata del primer mercado mayorista, construido en un terreno de 114.214,37 m2 en el distrito 10 de la capital cruceña. Las nuevas instalaciones tienen áreas para 480 puestos en espacios cerrados y abiertos, parqueos con capacidad para 544 camiones en las zonas de descarga y de espera, así como más de 200 lugares para el parqueo de vehículos públicos y de personal. 

Aunque aún está pendiente, el Centro de Abastecimiento Mayorista también consta de un área exclusiva para la disposición de los residuos sólidos y otra para la refrigeración de algunos productos. Asimismo, tiene comedor, quioscos y baterías de baños, aunque, a decir de los comerciantes, no en el número que se requiere, lo que puede ser mejorado.

El traslado comenzó el lunes y se trata, sin duda, de una cruzada importante y difícil para la ciudad. Implica no solo la mudanza física de los comerciantes mayoristas, sino fundamentalmente de una transformación de la mentalidad del cruceño: del gremialista, acostumbrado a ocupar espacios sin orden y del ciudadano, acostumbrado a no exigir condiciones de higiene a la hora de comprar.

Si bien hubo desorden en el inicio de este proceso, el traslado de los mayoristas ha avanzado. Lo que preocupa es que se detenga la reubicación de los minoristas, hasta la realización de un censo gremial que debió hacerse antes de comenzar el reordenamiento. 

Poner orden en los mercados es una demanda ciudadana que debería fortalecer al municipio para consolidar el plan de manera exitosa. La responsabilidad, además de la autoridad también es del vecino, para evitar que gane el caos y la presión de comerciantes que se creen dueños de esta ciudad.

En enero se producirá el cambio de los mercados Los Pozos y La Ramada. Por eso, es fundamental que el municipio se mantenga firme y que no ceda a las presiones para no tener un retroceso en la cruzada que es vital para recuperar la ciudad. El resultado final será beneficioso para todos.

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