Esfuerzo propio

Desde la creación de la República, Santa Cruz ha sido postergada, menospreciada, disminuida por el poder central. Diversos gobiernos con diferentes ideologías el decimonónico criterio del centralismo, acuciado por los intereses de la burguesía minera del altiplano boliviano.

Recién al finalizar los 50, con la construcción de la vía Santa Cruz-Cochabamba, el oriente se fue incorporando a la actividad económica del país, con las reticencias de la mentalidad centralista que no se puede superar hasta hoy.

Ante la falta de los mínimos servicios, en los 60 un grupo de cruceños encaró la creación de cooperativas para atender las necesidades de agua potable, alcantarillado, electricidad y telefonía. Sin esa voluntad de encarar soluciones por esfuerzo propio, cuánto habría transcurrido hasta que las instituciones nacionales se hicieran cargo de cubrir esas necesidades.

Uno de los problemas actuales de Santa Cruz son los incendios de todo tipo y en todo lugar. El sistema de respuesta a este tipo de catástrofes es muy rudimentario, con más buena voluntad que recursos, con bomberos y voluntarios exponiendo su vida.

Pensar que el Gobierno central o la Policía modernicen el cuerpo de bomberos es una utopía, ya demostrada. Pretender que la Gobernación con sus esmirriados recursos encare la solución, es una idea que queda desechada y la Alcaldía tiene sus propios problemas que encara con sus recursos, sin que queden excedentes para poder disponer de un cuerpo de bomberos.

La única manera de tener cuerpos de bomberos con equipos modernos, con cuarteles adecuados, deberá encararse con la recaudación privada, para lo cual -de una manera limpia y directa- tendría que incrementarse en un centavo, en cinco o en 10 las facturas de agua potable y de energía eléctrica, para que esos fondos sean depositados en una cuenta bancaria de una persona jurídica sin fines de lucro expresamente constituida para tal fin y conformada por instituciones cruceñas, de manera que se utilicen en la adquisición de camiones, equipos, lugares para los cuarteles bien equipados y por lo menos dos en cada cuadrante de la ciudad. Así se tendría un cuerpo de bomberos para atender incendios, inundaciones y otros problemas que se presentan en una metrópoli. Proponer no cuesta, pero, debería poder hacerse.