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12 de diciembre de 2017, 4:00 AM
12 de diciembre de 2017, 4:00 AM

La reacción ciudadana más llamativa que se ha dado por el fallo libidinoso del Tribunal Constitucional, que pretende habilitar al presidente Morales como candidato para un nuevo periodo electoral el 2019 vino desde Santa Cruz; y se mantiene por la pregunta sin respuesta: ¿qué acto de soberbia extrema llevó a los estrategas del gobierno a publicar el fallo 5 días antes de las cuestionadas elecciones judiciales? Esa situación produjo una molestia mayúscula y soberana, generando un proceso pedagógico. Las rupturas no son perfectas, son humanas y las observaciones que se formularon a las formas serán procesadas sin olvidar que se impuso el bien tutelado mayor, la defensa del voto soberano.

Muchos actores perdieron el libreto.

Una parte de Santa Cruz se enfrentó a sus circunstancias en un escenario desconocido, pues los movilizados, con su mismo hablar y picardía, pusieron radicalmente la crítica de manera imprevista y potente. Una causa nacional tuvo voz de jóvenes entusiastas y bullangueros.

Los empresarios, en genérico, fueron cuestionados por sus hijas y esposas por una conducta que critican dubitativa y pusilánime frente al poder. Santa Cruz nunca se rindió frente a la crisis y se repite que se ha mantenido al departamento como la locomotora del país. ¿Continuará la economía de la gente sometida irreflexivamente a la política?

En un exceso de confianza y hablando en nombre de los empresarios cruceños, la ministra López señaló que no están de acuerdo con un paro cívico porque a ellos les interesa trabajar y producir. Tuve la sensación que el Gobierno tampoco comprende lo que está pasando.
Un sector pretendió repetir el error de imponer un pensamiento único. Circuló una lista que descalificaba posiciones institucionales y otra reacción pretendió descalificar las palabras críticas de Paola Senseve y Liliana Colanzi. La corrección fue inmediata y contundente, pues como ya hemos vivido esa historieta y el compromiso de respeto por las ideas es consecuente, se dijo que los Torquemada del pensamiento no tienen cabida en esta nueva Bolivia. ¡A las ideas, ideas! Vinieron de Nakai Mirtenbaum: "Nuestro objetivo principal es el retorno a la democracia y ese retorno nos necesita preparados para resistir, no para reaccionar con acciones impulsivas de corto plazo". 

El movimiento ha logrado su objetivo, desconcertar a propios y extraños. Por los actores y por lo que proponía, hubo adhesiones y descalificaciones "a la boliviana", graciosas y desubicadas. De lo ocurrido, nos queda una agenda nacional: respeto al voto y a la validez del referéndum del 21-F. Rechazo militante al fallo del Tribunal Constitucional. Respeto al voto nulo en las elecciones judiciales. No a la reelección del presidente Morales. Cuestionamiento frontal a posiciones tibias con la defensa de la democracia.
Y de buen genio, que es lo que desconcierta más...

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