Opinión

Críticas a embajadores

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21 de enero de 2019, 4:00 AM
21 de enero de 2019, 4:00 AM

El presidente Evo Morales criticó a sus embajadores por la labor que están haciendo en el exterior, trabajo por lo que se les paga tan bien como nunca antes en la historia del país. Les dijo, así, de frente, que ellos debían hacer en el exterior lo que hacen los embajadores extranjeros en Bolivia, que es vender los productos de sus países. “Todos los embajadores con los que hablo me ofrecen cosas para vender”.

En otras palabras, que los embajadores bolivianos se conviertan en agentes de venta de los productos nacionales en el exterior, así como hacen aquí sus colegas extranjeros.

El mensaje, con tono de reproche, fue entendido por los embajadores, que partieron decididos a hacer lo que el presidente les ordenó. Porque, como se sabe, el presidente Morales recibe de los embajadores extranjeros todo tipo de ofertas, y él se dedica a comprar. Entre los embajadores extranjeros se lo conoce como el jefe de gobierno con la billetera más rápida del oeste.

Si llega el embajador de Austria y le ofrece teleféricos, él ordena una docena de líneas. Ha comprado tantos teleféricos para La Paz que ya no caben en la hoyada. Los colores de la wiphala le han quedado cortos para diferenciar las líneas. Que el servicio apenas cubra el 3% del tráfico de pasajeros aunque cuesta 1.000 millones de dólares, es un detalle nimio. Lo importante es que la telaraña sea observada en toda la ciudad.

Viene el embajador chino y le ofrece un ingenio para Huanuni, que cuesta 50 millones de dólares, y él lo compra, sin importar si el ingenio es apto o no. Unos estafadores conocidos actuaron en la operación.

Viene una empresa japonesa asociada con una coreana y el presidente compra la planta de urea más cara de América Latina. Lo único que pide es que sea instalada en Chapare, cerca de su ‘cato’. Ahora, con la idea del tren bioceánico (que fue desahuciado por Mauricio Macri y Jair Bolsonaro), embajadores europeos hacen cola para ofrecerle de todo al señor presidente, al de la billetera más rápida. Es probable que el tren no funcione nunca, como dicen los expertos, pero los embajadores-vendedores se proponen vender lo que sus países pueden ofrecer.

Alguna duda tienen los embajadores bolivianos que recibieron el reproche y el encargo: ¿qué pueden ofrecer de Bolivia que no se esté vendiendo ya por canales ilegales? Digamos que hay un conflicto de competencias que el Gobierno deberá resolver.

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