Opinión

Trump golpea a Siria

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14 de abril de 2018, 19:02 PM
14 de abril de 2018, 19:02 PM

Cuando hablan las armas, callan los argumentos y muere la paz. El Gobierno de Donald Trump, en alianza con el Reino Unido y Francia, ha lanzado un masivo y focalizado ataque militar sobre tres fábricas de armas químicas en Siria. Al parecer no hubo víctimas fatales, pero su primera consecuencia es aumentar la tensión en una región de Oriente Medio atravesada por la guerra civil interna desde hace siete años.

El bombardeo con misiles fue justificado por Trump por el ataque con armas químicas que supuestamente perpetró el régimen de Bashar Háfez Al-Asad en la localidad de Duma, el sábado pasado, donde murieron más de 50 personas.

El Gobierno de Al-Asad condenó la agresión de los países occidentales por considerarla una violación flagrante del derecho internacional y aseguró que el supuesto ataque en Duma fue un montaje de Washington y Londres para sustentar la ofensiva militar.

Siria tiene como aliado principal a Rusia, una superpotencia nuclear que ha alertado que la movida de Trump y sus aliados tendrá consecuencias para la política internacional en una zona del planeta caracterizada por el choque de poderosos intereses geopolíticos vinculados al control del petróleo.

Al-Asad tiene antecedentes inobjetables de haber utilizado armas químicas contra disidentes sirios que reclaman el final de una feroz dictadura que viene oprimiendo al pueblo sirio durante décadas.

Entre 300.000 y 450.000 personas han muerto producto de la guerra civil siria que comenzó en 2011. Además, más de 5 millones de personas fueron desplazadas por los enfrentamientos armados entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes. 

Además está el conflicto armado con el Estado Islámico y, en el norte, las fuerzas del pueblo kurdo apoyadas por Estados Unidos que pelean contra las fuerzas de Turquía. Es decir, Siria se ha transformado en un peligroso escenario de guerra con implicancias internacionales de gran magnitud, tanto que algunos especialistas hablan de una velada tercera guerra mundial en ciernes.

Lo cierto es que el conflicto en Siria ha puesto en riesgo la paz internacional y, como dice el secretario general de la ONU, António Guterres, el mundo está en vilo por la acción de poderosos actores que tienen armas de destrucción masiva.

Ojalá callen las armas y vuelva a hablar la diplomacia, tan debilitada, de las Naciones Unidas que a través del Consejo de Seguridad debería expedirse por frenar los ataques armados y abrir los caminos para el diálogo y la negociación.

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