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18 de abril de 2024, 4:00 AM
18 de abril de 2024, 4:00 AM

El incremento de las lluvias provocado por el cambio climático, ha puesto en evidencia la importancia que tiene para una ciudad el poder manejar rápidamente sus aguas de lluvia para evitar inundaciones, canalizándolas o absorbiéndolas.

Para las aguas pluviales, la ciudad de Santa Cruz  construyó un sistema de drenaje pluvial subterraneo, con tubos que se encargaban de llevar el agua de lluvia  de la cuenca hasta su destino, que en nuestro caso era el rio Pirai. El canal maestro era el Isuto y la red subterránea fue construida hasta el segundo anillo.

La ciudad siguió creciendo rápidamente y como el sistema subterráneo era ya imposible de continuar pues por la extensión y los volúmenes de la nueva ciudad seria imposible  financiarlos, por ello se optó por los canales abiertos, trabajo que se completó muy bien hasta el cuarto anillo. Fuera del 4º anillo se requería un nuevo Plan Maestro de drenajes que nunca se encaró con seriedad y así los siguientes canales se fueron construyendo sin una adecuada planificación, al tanteo, según donde aparecían los problemas.

De todas formas, aun con los canales, hoy el manejo de las aguas de lluvia se ha vuelto imposible porque el otro factor, el factor de absorción de las aguas por parte de los suelos, ha disminuido dramáticamente por el insensato afán de pavimentar u hormigonear toda superficie posible, con o sin necesidad. Encementar se convirtió en la palabra de orden que significaba desarrollo. Lo que no se encementaba era barbecho, descuido, barro, pobreza.

El reglamento urbano de 1974, elaborado por el Consejo de Plan Regulador, con gran visión, establecía que la planta baja de los predios podía construirse solo parcialmente, debiendo dejarse justamente algunas superficies solo con grama o césped, con el fin de que el suelo pueda absorber parte de el agua de lluvia, como fue siempre en el pasado. Se trataba de no incidir demasiado en el coeficiente de absorciente, debiendo dejarse justa,d t Reguladorjarse justa,emte algunas superficies para jardfin, con el fin de no incidri demasiado ón  natural del terreno.

Lamentablemente en las modificaciones del actual código se ha eliminado esa restricción con lo que los lotes ya no tendrán superficies importantes en planta baja para absorber el agua de lluvia, enviando toda el agua de lluvia a los canales, ya saturados. Se debe modificar con urgencia el actual Código de Urbanismo para que el suelo natural y el verde no desaparezcan completamente de nuestro paisaje urbano.

Lo dicho estaría a tono con un nuevo concepto que se maneja en el urbanismo, y es de la ciudad porosa, es decir la ciudad que logra absorber una buena parte del agua de lluvia sin necesidad de construir grandes canales. Esto se logra incrementando las superficies porosas , disminuyendo la ocupación del suelo en planta baja e incrementando los jardines con grama o con el uso de hormigón poroso o losetas filtrantes. También sería importante exigir que por ejemplo las grandes superficies destinadas a estacionamiento tengan superficies porosas  y arborizadas para absorber por lo menos en parte el agua de lluvia. Las lagunas de regularización serían otro elemento fundamental para contrtolar las aguas de lluvia.

¿Estamos a tiempo de hacer de Santa Cruz un ejemplo de ciudad porosa, acorde con los tiempos? Yo creo que si, si nos lo proponemos.

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