Cara a cara

Los conductores de vehículos en Santa Cruz se dan un lujo que es impensable en las grandes ciudades del mundo: estacionar en la calle sin pagar un centavo. Aquí no tenemos parquímetros y los espacios donde está permitido estacionar son tomados por los “madrugadores”, pues los que llegan después de las 8:00 ya deben buscar un garaje privado, donde terminan pagando Bs 10, monto que aún sigue siendo una ganga. Lo cierto es que el municipio de Santa Cruz ha dejado de percibir muchísimo dinero al no cobrar por esa utilización de un espacio público. Sin ir muy lejos, Cochabamba lo hace.

Algunos echarían el grito al cielo si la urbe cruceña llegara a instalar parquímetros. Argumentarían que los impuestos municipales a los vehículos son a veces más altos que los impuestos a los inmuebles, y con eso basta y sobra. Sin embargo, el cobro por estacionar sí tiene ventajas, y quizá la principal sea la de desincentivar el uso del vehículo privado, para así darle un respiro a los centros urbanos, que colapsan todos los días bajo un tráfico infernal.

Los que sí recaudan por concepto de parqueo (indebido) en vía pública son los de las grúas de la Policía. Pero el problema es que estas grúas suelen merodear en los lugares menos congestionados de la ciudad. Pareciera que su prioridad es conseguir pavos en lugar de poner orden. Yo, por ejemplo, jamás he visto que la Policía se haya levantado a esos campeones que dejaron el vehículo estacionado en el carril exclusivo de los micros a las 6:00 de la tarde. Será porque dejaron prendidas sus luces de emergencia. Perdón, aquí les llamamos luces de parqueo. Que siga el abuso.