15 de febrero de 2024, 4:00 AM
15 de febrero de 2024, 4:00 AM

Cada quien pasa los días de Carnaval según su preferencia o capacidad, aunque los que no participamos en las festividades nos encontramos con la limitación de no poder circular libremente debido a las agresiones callejeras toleradas e impunes. Ni los ancianos, ni los motociclistas, ni las personas que salen a trabajar se salvan de los vejigazos. A pesar de esto, aquellos que preferimos el retiro en la tranquilidad del hogar o el campo siempre encontramos actividades productivas y entretenidas mientras dura el jolgorio. Sin embargo, para otros que necesitan trabajar pero no pueden hacerlo, este feriado, el más largo del año, resulta un verdadero suplicio.

Sugerir cambios a esta festividad tan arraigada casi se considera una herejía. Pero, incluso poniéndonos en el lugar del carnavalero más ferviente, ¿es razonable dedicarle tres días al jolgorio? ¿Hay cuerpo que lo resista? Puede haber quienes afirmen que sí. Sin embargo, hace algunos años se publicó una encuesta en la que se destacaba un dato sorprendente: la mayoría de las personas no participa en los festejos de Carnaval. Desde esta perspectiva, tiene sentido pensar en reformas, comenzando por reducir un día de celebración. Bastaría con domingo y lunes, dejando que el martes vuelva el alma al cuerpo.

Además, deberíamos eliminar lo más absurdo: el arrojo de pinturas y otras inmundicias (el despilfarro de agua se corregirá por sí solo, cuando ya no haya suficiente para consumir); las agresiones a personas que no participan en la fiesta; y el uso de espumas y globos durante el corso. ¡Que viva el Carnaval y la libertad de todos!

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