Fueron sacados en una ambulancia al mediodía. Los otros cuatro fueron acogidos por sus familiares. Hubo angustia de las personas que no sabían dónde estaban sus niños

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15 de marzo de 2018, 6:00 AM
15 de marzo de 2018, 6:00 AM

La toma del régimen abierto de Palmasola dejó en principio a siete niños sin ningún familiar que se pueda hacer cargo de ellos, luego de que los agentes sometieron a los internos y sacaron a sus hijos del reclusorio. Horas más tarde, y cuando ya estaban a buen recaudo en el hogar La Esperanza, la familia de cuatro de ellos (dos parejas de hermanos) los retiró de este centro, dejando solo a tres bajo los cuidados de los profesionales que trabajan con menores que tienen a sus padres presos.  

La información fue confirmada por el director del Servicio de Políticas Sociales de la Gobernación (Sedepos), Duberty Soleto, que hizo conocer que en principio los niños fueron entregados a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de la Alcaldía, que luego del primer trabajo de contención y de un rápido informe social de los niños, los derivó hasta el Sedepos.  

“Por la tarde (de ayer) los familiares de dos parejas de hermanos fueron a recoger a estos niños, pero aún de los otros tres menores nadie reclama”, apuntó Soleto y aclaró que la toma del penal fue ejecutada sin la presencia de ningún profesional de su repartición.
Tampoco fue parte de la acción policial la gente de la Defensoría de la Niñez, que solo fue informada de la presencia de estos siete niños, que no tenían con quien quedarse tras la toma del PC-4.

La jueza de la Niñez y Adolescencia, Shirley Becerra, hizo conocer que alrededor de 130 madres con sus hijos, muchos de ellos en brazos, fueron desalojadas del régimen abierto.

“Nos decían que habían alrededor de 90 niños viviendo en el PC-4, pero en realidad eran muchos más los menores, se vio a cerca de 130 mamás salir con sus hijos de Palmasola”, aseguró la juzgadora y precisó que el Sedepos y la Defensoría de la Niñez se hicieron cargo de atender a los menores.

Soleto indicó que una vez concluya la intervención al penal, se exigirá que las visitas de los niños a sus padres se realicen en un espacio diferenciado y que los controles policiales no permitan que nuevamente los niños se queden viviendo con sus progenitores en los ambientes carcelarios. 

Desesperación de las madres
Marco V. y Marisela A., abuelo y madre de un bebé de un año que estaba en el penal con su padre, se enteraron del operativo ayer por la madrugada y corrieron en busca del pequeño David V.  Hasta mediodía no sabían del paradero del niño, quien al no estar con su madre y al no haber una institución que haga un registro de menores al momento de sacarlos de la cárcel, quedó en manos de una mujer que no era su familiar.

 

“Mi hijo me llamó por teléfono y me dijo que le habían quitado al bebé”, decía el abuelo, que corría de un lado a otro buscando a su nieto. Luego de horas de angustia, la muchacha que tenía al bebé apareció por inmediaciones de la cárcel y les entregó al menor. 

Mujeres denuncian abusos y saqueos

No las dejaron sacar nada
Señalan que todos sus bienes fueron sacados de sus habitaciones. Lo consideran injusto porque dicen que los propios policías les permitían meterlos. 



Abusos e insultos
Mostraban marcas de golpes con laques; aseguran que fueron insultadas por los policías. 

Revisión
Las que lograron tomar algo de dinero aseguran que, antes de sacarlas a la calle, les revisaron incluso sus partes íntimas y les quitaron todo su dinero. 

 

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