La ministra López cree que el monto no alcanza si se compara con lo que gasta     la oposición. En el MAS ven falta de estrategia de la Dirección General de Redes

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14 de enero de 2018, 15:03 PM
14 de enero de 2018, 15:03 PM

El Gobierno reasignó para 2018 Bs 5 millones para la dotación y manejo de equipos destinados a la Dirección General de Redes Sociales, dependiente del Ministerio de Comunicación, para pelear la guerra contra “las mentiras” que difunde la oposición, según la ministra Gísela López. El monto ya había sido presupuestado para 2017, pero no se utilizó, según la ministra, por la complejidad de licitar este tipo de equipamiento a escala internacional.

Pero dirigentes y parlamentarios del MAS critican el trabajo de esta dirección, creada hace 21 meses, tras la derrota del Gobierno  en las urnas durante el referéndum del 21 de febrero de 2016 (21-F), luego de que el presidente Evo Morales atribuyera, en parte, ese resultado a una campaña de  mentiras en su contra en las redes sociales. Dicen algunos miembros de la cúpula oficialista que dicha repartición carece de una estrategia.

La ministra no comparte del todo la crítica, que asegura que lo que falta son los recursos de los que disponen los detractores del Gobierno en ese campo; así que anuncia la inversión que se hará.

Periodista de profesión, la ministra ve que en las redes se libra “una guerra que sobrepasa la voluntad y pensamiento humano, se debe contar con la tecnología, para contrarrestar la mentira”.

Y, en esta época, la ‘guerra’ ya es una metáfora común en el discurso del Gobierno: en Año Nuevo, el vicepresidente Álvaro García Linera dijo que el presidente y él se sienten cómodos en el conflicto, que  no han “venido a caminar en las flores, hemos venido a la guerra”. El viernes azuzó más a las bases del MAS en el trópico de Cochabamba: mostró y leyó insultos que recibe Morales en las redes.

García asoció este ataque en contra del presidente con sus bases. “Nuevamente hay una agresión de las fuerzas políticas contra ustedes, contra el campesino, el indígena, la mujer, el transportista, el joven” y exhortó a convertir “la rabia en estrategia política” que debe (tal vez, ante la desventaja asumida en las redes) librarse en las calles. “Si tenemos que volver a marchar para defender el proceso hay que hacerlo”,  arengó.

El MAS pierde en las redes. La senadora Adriana Salvatierra lanza una reflexión que retrata el momento. “La comunicación se disputa hoy desde otros niveles, ya no solamente la hace una persona: entraron en el juego las aplicaciones, las máquinas que disputan, desde un punto de vista corporativizado, el imaginario colectivo”.

El MAS, advierte la legisladora, ha hecho esfuerzos para masificar las redes sociales a través de su militancia, pero admite que no fue suficiente porque ahí se enfrenta a una batalla desigual ante máquinas  utilizadas de forma corporativa por los opositores.

Salvatierra admite: “No hemos podido manejar hasta el momento una estrategia de ingreso a las redes”, ni traducir el número de votantes en participación efectiva en redes.

Ve que las bases de su partido, a las que llamó a las calles el vicepresidente, tienen a personas que vienen del campo, pero que la mayoría de ellas no cuentan con acceso a las redes, pese a que su juicio hay una democratización del acceso y que este fue generado por el Gobierno.

Un año y nueve meses después, en el oficialismo domina la idea de la debilidad que tiene el Gobierno en este ámbito, terreno en el que, por ejemplo, se organizó en menos de una semana una manifestación de promociones de colegios en Santa Cruz en defensa del voto del 21-F, el jueves.

La ejecutiva de las mujeres campesinas Bartolina Sisa, Segundina Flores, apunta a López: “La ministra de Comunicación fue observada en Villa Tunari, porque falta que se aplique la comunicación con fluidez, la ‘socialización’ del trabajo que se hace en cada ministerio”.

López asume la crítica. “Tienen razón, no basta con tener a 25 personas trabajando, sino contar con una tecnología que la tienen todos los estados y con la que debemos contar”.

La autoridad explica que se requieren softwares y herramientas que, según ella, la oposición ya tiene. “No es barato, estamos terminando nuestro presupuesto, serán Bs 5 millones. Se invertirá en softwares, y quienes conocen esto señalan que es insuficiente. Pero será un punto de partida para contar con lo mínimo que nos permita tener una difusión suficiente de lo que hace el Gobierno y defender el proceso”.

El diputado de Unidad Nacional (UN), Wilson Santamaría, respondió así: “Lamento desilusionar al Gobierno. Lo que ellos hacen es menospreciar la capacidad del pueblo. Hay una espontaneidad ciudadana que exteriorizó el rechazo sobre temas”.

El monto ya había sido presupuestado para 2017, pero López revela que no los utilizó, “precisamente porque usted no puede salir a comprar en la tienda. La tecnología que requerimos en este caso no está a la mano y de deben realizar procesos de adquisición, en algunos casos a nivel internacional”.

Para el presidente de juventudes del MAS, Gualberto Arispe, “se podría decir que la oposición lleva ventaja en el manejo de las redes sociales” porque, como dice López, el MAS no cuenta con los recursos ni dinero de los empresarios opositores.