La Alcaldía municipal elaboró un programa dirigido a los padres para revertir este fenómeno, que tiende a crecer. Un sociólogo dice que la familia es clave para prevenir

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16 de noviembre de 2017, 8:00 AM
16 de noviembre de 2017, 8:00 AM

En el marco del Día Mundial sin Alcohol, el consumo de este en Bolivia es un fenómeno preocupante, como lo afirma el sociólogo Renzo Abruzzese, quien detalló que el 56% de la población boliviana consume regularmente bebidas alcohólicas, según estudio de la Universidad Católica Boliviana realizado a finales de 2016. 

El país figura en el puesto 13 en el consumo per cápita  de alcohol, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud realizado en América Latina y el Caribe. El ranking lo lidera Chile, con 9,6 litros de alcohol per cápita. Nuestro país está después de Colombia (6,2) con 5,9 litros per cápita y seguido de Costa Rica (5,4).

Asimismo, un estudio del  Consejo Nacional de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Drogas (Conaltid), máximo organismo estatal para la definición y ejecución de las políticas de lucha contra el tráfico ilícito de drogas, informó, hace más de un mes, que el alcohol es la sustancia más consumida en el país: 69 personas de cada 100 la han tomado alguna vez. A decir de Abruzzese, en Santa Cruz la tasa alcanza el 66% y le llama la atención, en el caso cruceño, que en la población de 12 a 17 años la tasa es del 20%.

Afecta a los más jóvenes
El alto consumo de esta droga lícita fue corroborado por una investigación de largo aliento del Gobierno Municipal en los colegios de secundaria, donde más de 100.000 alumnos fueron sondeados y se comprobó que el 70% de ese universo consume alcohol u otro tipo de drogas por huir de los problemas familiares.

“En términos sociológicos, el consumo de alcohol y el alcoholismo patológico son fenómenos de naturaleza sicosocial y cultural que involucra las principales instituciones sociales, esto es, la familia, el grupo social, la escuela, las instituciones culturales, religiosas, etc. En otras palabras, todos participamos de forma directa o indirecta en la construcción social de un bebedor o de un alcohólico, tanto como todos estamos obligados a participar de los esfuerzos por controlar o prevenir el consumo... La familia parece ser el dispositivo clave para la prevención y la cultura de las comunidades, el escenario que mejor previene o contribuye tan perjudicial fenómeno”, manifestó Abruzzese.

Rossy Valencia, directora de la Secretaría de Desarrollo Social y titular de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, explicó que luego del estudio en los colegios se elaboró un programa de concienciación dirigido a los padres de familia para contrarrestar este fenómeno.
“Los padres tiene el rol importante que ninguna institución puede asumir. Elevar la autoestima de sus hijos; incentivar la comunicación, tener expectativas positivas de ellos, manifestarles afecto, orientación y control. Un adolescente no consume droga o alcohol de un día a otro; lo hace porque hay distanciamiento con los padres, que no saben ‘lecturar’ ese mensaje no verbal de los hijos”, dijo Valencia.

Iracema Justiniano, responsable de Salud Mental del Sedes, señaló que el alcoholismo causa, además de dependencia, varios males, entre ellos intoxicaciones e incluso trastornos cognitivos.