Sismólogos estadounidenses monitorean la zona desde hace unos años con sensores conectados a satélites. Ingenieros nacionales creen que las instituciones del Estado deben tomar las riendas con simposios y presupuestos para investigar

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18 de septiembre de 2018, 4:00 AM
18 de septiembre de 2018, 4:00 AM

La falla geológica Mandeyapecua, con una longitud de 486 km, que va desde Santa Cruz hasta Yacuiba, representa una amenaza sísmica real para los departamentos de Chuquisaca, Tarija y Santa Cruz, aunque estudios de sismólogos de Estados Unidos refieren que puede causar terremotos de magnitud en intervalos aproximados de 1.000 años.

En la revista de investigación geofísica Tierra sólida, los científicos Jonathan R. Weiss, Benjamin A. Brooks J., Ramón Arrowsmith y Gustavo Vergani publicaron, en 2016, un artículo denominado Distribución espacial y temporal de la deformación en el frente de la cuña orogénica andina en el sur de Bolivia, en el que detallan los desplazamientos de placas tectónicas en la falla de Mandeyapecua y sugieren que grandes terremotos podrían romper la falla principal subyacente.

En 2011 investigadores de la Universidad de Hawái, con personal del Observatorio San Calixto y del Instituto Geográfico Militar, publicaron una investigación acerca del peligro de que a lo largo de la falla de Mandeyapecua se generen sismos de alta magnitud (entre 7 y 8 de magnitud), que incluso, si toda la falla se activa, el sismo podría alcanzar una magnitud de 8,7 a 8,9.

En este entendido y, después del sismo de 5,3 en la escala de Richter ocurrido en Postrervalle el 28 de agosto, ingenieros y geólogos bolivianos han tratado el tema y creen que es hora de que las autoridades del Estado se interesen, promoviendo simposios y foros con la presencia de especialistas nacionales y extranjeros, y asignando recursos económicos para realizar investigaciones serias al respecto.

Por ahora, el fenómeno geológico Mandeyapecua está siendo investigado por científicos de Estados Unidos, manifestó el ingeniero geólogo Faisal Sadud, quien agregó que fueron los primeros en alertar sobre la falla de Mandeyapecua, que tiene una sección geológica atrapada en la cordillera subandina, que está acumulando energía desde hace muchos años.

A decir de Sadud, estos científicos están haciendo un seguimiento de todos los movimientos en el área y, en 2016, han publicado un trabajo en el que muestran que han colocado una serie de sensores en la zona, con una técnica de GPS para control satelital. Han instalado estos dispositivos especialmente en Camiri, en Sucre, en Villa Montes y en Yacuiba, donde están monitorizando la falla periódicamente.

Recomendaciones

Sadud es partidario de no causar alarma en la población y de profundizar en una investigación seria sobre el tema. “Sismos siempre han habido. En nuestra ciudad hemos tenido pequeños movimientos telúricos, ordinariamente menos de cinco, y algunos excepcionales como el del año 1957 en Postrervalle, que se sintió en Santa Cruz y en otras provincias. Siguen habiendo movimientos sísmicos en todas las poblaciones del departamento, pero no con una magnitud ni con una aceleración que pudieran causar problemas”, dijo Sadud.

Este ingeniero geólogo, con más de 40 años de experiencia y que ha realizado un estudio sobre movimientos sísmicos por cuenta propia, manifestó: “Necesitamos promover simposios, en los que se convoque a gente incluso del exterior, porque yo conozco gente de Argentina que está trabajando sobre la problemática especialmente del subandino, muy parecido al nuestro, de tal manera que podamos hacer una reunión en la que participen representantes de los gobiernos nacional, departamental y municipal, y podamos sacar conclusiones sobre toda la estrategia que vamos a llevar adelante para ir solucionando, estudiando e informando sobre esta temática”.

Recursos económicos

El ingeniero José Padilla, director del Comité pro Santa Cruz, recomienda a la Gobernación hacer un plan de prevención y la realización de foros para educar a la ciudadanía en general.

Padilla indicó que Santa Cruz está indefensa ante un sismo de magnitud por el tipo de suelo en el que se asienta: arenisca, grava y arcilla, sin tierra firme (rocosa) a cientos de metros de profundidad. “Las fallas geológicas actúan en función de la debilidad del suelo. El suelo más débil tiene más problemas, por eso es importante el reforzamiento antisísmico de las obras civiles”, indicó Padilla.

Consciente de la escasez de recursos para invertir en este tema, Padilla tiene la idea de crear un fondo con un impuesto mínimo al rodado en Santa Cruz y que una parte del crédito fiscal de las facturas que los surtidores emiten por los combustibles, vaya a un fondo de prevención en casos de desastres.

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