Juan Andrés Tovar Mena es senador en España. Desde hace varios años es un estudioso de la importancia de fortalecer las ciudades intermedias. Habla de migración y de corrupción

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22 de abril de 2018, 4:00 AM
22 de abril de 2018, 4:00 AM

El individualismo en las sociedades, el afán del poder central de controlarlo todo, la corrupción creciente y las necesidades de los ciudadanos son problemas que demandan urgente atención, desde la perspectiva de este senador español que estuvo en Bolivia para participar de un encuentro internacional sobre ciudades intermedias. Este es el diálogo que compartió con EL DEBER. 

Usted participó recientemente en un seminario sobre ciudades intermedias, un hecho en el que España tiene mucha experiencia; ¿qué percepción tiene de Bolivia en ese aspecto?
Llevamos tiempo trabajando y acompañando el proceso en Bolivia y en otros países latinoamericanos. En este tiempo hemos observado que existe un problema similar en todos los países porque los movimientos migratorios hacia las ciudades intermedias y a las grandes ciudades se producen prácticamente en todos los países de América Latina y en una gran parte de Europa por circunstancias muy parecidas. Los núcleos rurales se van despoblando porque los servicios, a veces, no llegan a los ciudadanos y ellos piensan que en las grandes ciudades tendrán mejores oportunidades, aunque no siempre es así. Tenemos localizado el problema, sabemos el porqué, pero necesitamos a aplicar soluciones de forma inmediata. La gente no se marcha del medio rural porque no es feliz.

¿En algún lugar se ha logrado cortar esa migración mejorando los servicios a los ciudadanos del área rural?
Sí, pero son experiencias puntuales. Tal vez uno de los casos representativos es el de San José de Chiquitos, donde el alcalde (Germaín Caballero) ha conseguido crear servicios, generar empleos en su municipio y que no solo logró contener que la gente se vaya del pueblo, sino que también consiguió que otros regresaran. Es importante que los municipios cuenten con alcaldes capaces, que conozcan el problema, pero sobre todo, tiene que ser una política de Estado y son los gobiernos nacionales lo que tienen que diseñar las políticas para resolver estos problemas. 

¿Esto implica una desconcentración de recursos, de funciones y de políticas públicas?
Es un tema de recursos, principalmente. También es importante diferenciar el tema de las competencias con los recursos. Hay que descentralizar las competencias, pero también está claro que hay que descentralizar los recursos porque es la única forma de que, al final, exista un equilibrio entre lo rural y lo urbano, porque eso es precisamente lo que buscamos. De esta forma cada ciudadano podrá decidir en qué lugar asentarse para vivir porque tendrá igualdad de condiciones.

En Bolivia la Participación Popular generó una descentralización de recursos y competencias a los gobiernos municipales, pero ahora el
Ejecutivo nacional hace obras municipales y recorta los presupuestos de los gobiernos subnacionales; ¿cómo ve esa actuación del gobierno nacional?

Esa es una situación que también estamos viviendo en España, claro que esto no es un consuelo. Tenemos un Gobierno que cada vez corta más los recursos y, con ellos, las posibilidades de la gente que vive en los núcleos rurales, lo que significa que tendremos más migración desde el campo a las ciudades intermedias o a las grandes ciudades. En este punto añadiría que la gente va más a las ciudades intermedias porque son más pequeñas y piensan que en ellas podrán controlar su situación. En definitiva, todo recorte a los presupuestos al mundo rural implica aumentar el movimiento migratorio.

¿Por qué se produce el fenómeno de que los gobiernos centrales quieren controlarlo todo?
Eso tiene una difícil explicación. En mi opinión, absolutamente personal, creo que a veces los gobiernos piensan que son los que más saben, que son los únicos que tienen capacidad, es decir no confían en las otras administraciones y eso es un error mayúsculo, entre otras cosas, porque en las otras administraciones, como por ejemplo en las municipalidades, las autoridades son elegidos por los vecinos y ellos conocen mejor a sus dirigentes.

¿Qué puede hacer la sociedad civil organizada para revertir esa situación?
Se puede hacer de todo, al final los gobiernos responden ante la sociedad. Cuando la sociedad presiona, los gobiernos comienzan a preocuparse del problema. Podemos hablar de migración o de cualquier otro tema.

En el caso de España, por ejemplo, hay un problema con las pensiones y el Gobierno nunca prestaba atención hasta que unos 10 millones de pensionistas iniciaron movilizaciones y esto provocó que las autoridades iniciaran las gestiones para resolver el problema. Los gobernantes están acostumbrados a las críticas de la oposición porque responde con otros ataques, pero cuando se moviliza la sociedad es diferente porque ellos responden al voto popular. Sí creo que la sociedad civil organizada y movilizandose desde la serenidad se puede cambiar las cosas.

La migración afecta a los que se marchan de sus zonas como a los que reciben a nuevos habitantes

Para el ciudadano en general es la inestabilidad social, económica y política, si es que queremos mirar el problema más allá. Si la gente permaneciera en su lugar, creo que se sentiría tranquila y las tensiones en el país serían mínimas.

Todo lo contrario ocurre cuando los ciudadanos están desatendidos, porque se genera tensión entre los que migran y los que tienen que recibir a las personas que llegan porque a veces no están dadas las condiciones para recibir un importante flujo de migrantes, y eso hay que entenderlo.

En el caso de España, si hay un médico para 2.000 habitantes, pero después por cuestiones de la migración pasa a tener 4.000, por supuesto que la calidad de asistencia sanitaria no será la misma. Con eso se crea descontento con los que llegan, porque creen que se les niega la atención, y con los vecinos del lugar porque sienten que la calidad del servicio desmejora. 

¿Esa es la razón del rechazo a los refugiados sirios en Europa o a los migrantes latinoamericanos?
Hay razones de todo tipo; cuando se dice esta sociedad es racista porque llega gente de color y no la admiten, pero yo no me creo eso, porque cuando llega alguien de color porque es rico o famoso no hay problemas. Creo que hay otras cuestiones, como por ejemplo razones educacionales. Hay que trabajar en la educación de los jóvenes, sobretodo, en la pluralidad y en la diversidad, pero eso no se está haciendo al menos en Europa. Mientras no eduquemos a la gente en las diferencias de todo tipo, crearemos tensiones.

¿La falta de contribución estatal contribuye a fomentar el racismo?
Evidentemente. Cuando hablamos de cooperación al desarrollo asumimos que no es un gasto, sino una inversión para que las personas vivan felices en sus países y nosotros vivamos felices en los nuestros; que los intercambios sean voluntarios, no obligatorios ni por necesidad. Así debemos entenderlo.

Después de tanta migración, ¿qué cambios se han planteado?
En lo que respecta a España y a Europa, creo que hemos retrocedido. En España los refugiados, en este caso los niños sirios que salen huyendo de la guerra, los estamos dejando morir en las fronteras de hambre y de frío. Pareciera que es un asunto asumido por gran parte de la población y ya no es noticia, porque los medios de comunicación no reflejan esos dramas y la gente está muy feliz por no enterarse de lo que ocurre en las fronteras. 

¿Cuál es la razón del retroceso y de la indiferencia?
La razón es el individualismo. Vivimos en una sociedad en que solo nos preocupamos de nosotros mismos o de nuestro entorno más inmediato, es decir nuestra familia; lo demás nos preocupa poco. Hay casos de personas que cuidan muy bien de sus perros, aun gastando una importante cantidad de dinero en alimentación y vacunas, pero le cuesta ayudar a las otras personas. Cuando uno ve estos casos en países supuestamente desarrollados que la gente se preocupa muchísimo del maltrato animal, que me parece estupendo y maravilloso, pero se preocupa poco en que los niños, niñas, ancianos y otras personas mueran en las fronteras es una sociedad que tiene un problema grave.

 ¿Cómo generar esa conciencia en la sociedad civil?
La primera acción consiste en cambiar el sistema educativo para que los niños sean capaces de hacer análisis críticos de las situaciones, pero pocos gobiernos están dispuestos a hacerlo. En ese caso, es importante pasar a una segunda fase, que consiste en contar con activistas sociales que tengan la capacidad de llegar a la conciencia de la gente. Tiene que pelear por lo tuyo y también por los demás.

Los medios de comunicación también juegan un rol muy importante en esto porque son los que más llegan a la sociedad. Si los medios marcan una línea de resolver el problema, aunque no coincida con los lineamientos del Gobierno, al final las autoridades terminan preocupándose y buscando las soluciones. Todos tenemos un poco de responsabilidad y hay que recordar que los medios son parte de la sociedad civil.

¿Cómo ve la corrupción en América Latina y si se compara con lo que sucede en Europa?
En Europa, por desgracia, y en el caso concreto de España, ha habido problemas enormes de corrupción. La solución debería surgir en las leyes, que se deben cumplir, pero además de todo eso hay que insistir en la educación.

Soy de una generación en la que mis padres o mis abuelos valoraban mucho la honradez de las personas, no que tuviera más dinero, sino que fuéramos personas trabajadoras, que cumpliéramos con nuestra palabra, pero por desgracia actualmente se valora más el dinero. A la generación que hacía referencia no necesitaba firmar ningún documento, solo bastaba un compromiso verbal, un apretón de manos que eran los documentos que se tenían que firmar.

En la sociedad actual, muchos de los documentos que firmamos de repente no pueden servir para nada. En ese aspecto, hay una pérdida de valores que debemos recuperar. En una sociedad no se puede decir que persona más estupenda o que este es un héroe porque tiene dinero; lo peor es que la gente no sabe la procedencia del dinero y no le interesa preguntárselo. Creo que tenemos que volver a la educación y a los valores. 

¿La corrupción es un fenómeno mundial?
No me atrevería a calificarlo así porque no conozco el mundo entero, por desgracia en España estamos  en un nivel muy bajo.

¿Y en otros países de Europa?
Es posible que en Europa no esté tan generalizada la corrupción, como me parece que sí está en América Latina, aunque si hay hechos que no deberían ocurrir en la Comunidad Europea. El presidente de Francia (Nicolás Sarkozy) fue detenido recientemente por un hecho de corrupción.

Perfil

Juan Andrés Tovar Mena

Es senador en España, elegido por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Es portavoz de la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

En 1979, con las primeras elecciones municipales de la democracia, llegó al ayuntamiento de Casar de Cáceres como primer teniente de alcalde; y más tarde es nombrado alcalde de Casar de Cáceres desde 1991 hasta 2007, luego de lo que pasó a ocupar el número dos en el ayuntamiento (2007-2011).  También fue diputado provincial y presidente de una mancomunidad municipal en Extremadura. Forma parte de la directiva de la Asociación de Universidades Populares de Extremadura, AUPEX, en calidad de vicepresidente y es presidente de la Federación Española de Universidades Populares. (Fuente: Fundceri.org)