Uno de cada cuatro ha recibido un mensaje o una imagen de contenido sexual explícito y uno de cada siete ha enviado de este tipo, según un estudio publicado por el Journal of American Medical Association

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4 de marzo de 2018, 4:00 AM
4 de marzo de 2018, 4:00 AM

Uno de cada cuatro menores ha recibido un mensaje de texto o una imagen de contenido sexual explícito y uno de cada siete ha enviado un mensaje de este tipo, según un estudio publicado por el Journal of American Medical Association (JAMA).

El informe apunta que el sexteo se está volviendo más común entre los jóvenes de 12 a 17 años de edad, que están usando sus teléfonos y otros dispositivos para enviar imágenes, mensajes y videos sexualmente explícitos.

Los investigadores de la Universidad de Calgary (Canadá) apuntaron que esta práctica plantea varias preocupaciones, especialmente para los adolescentes que “tal vez no comprendan bien” que una vez sus imágenes y mensajes abandonan sus dispositivos, dejan de estar bajo su control.

Los hallazgos provienen de una revisión de 39 estudios recientes que preguntaron sobre esta cuestión a más de 110.000 jóvenes menores de 18 años, mayoritariamente residentes en Estados Unidos y en Europa.

Según el informe, los adolescentes más jóvenes eran menos propensos a intercambiar este tipo de mensajes, pero la prevalencia aumentó con cada año de edad.

Aunque el sexteo entre adolescentes a menudo se ve como algo que las niñas hacen bajo la presión de los niños, este estudio encontró que realmente no había diferencias de género entre niños y niñas y la frecuencia con la que enviaban o recibían sexteos.

Además, los autores determinaron que la distribución no consensuada de sexteos puede llevar a la vergüenza y a la angustia, así como también al “acoso por parte de compañeros, el acoso cibernético o el chantaje”.

En casos extremos, incluso ha sido relacionado con el suicidio juvenil.

Los investigadores mostraron mayor preocupación sobre el sexteo entre preadolescentes, es decir, niños de entre 10 y 12 años, un sector de la población que está accediendo a teléfonos inteligentes de manera más temprana.

“Todavía no se ha investigado mucho sobre la frecuencia en la que sextean estos preadolescentes, pero es un área de interés para la salud pública que debería estudiarse más a fondo”, apuntó la autora principal del trabajo, la sicóloga Sheri Madigan.

Además, dada su relativa ingenuidad cognitiva, este sector puede ser “particularmente vulnerable” a las amenazas o chantajes de este tipo.

En el mismo número de la revista, se ofrecen varios consejos para los padres de adolescentes, incluyendo hablar abiertamente de este tema con sus hijos y discutir sobre las "graves consecuencias" que pueden sufrir si envían desnudos.

“Para todas las edades, recuérdeles que una vez que se envía una imagen, ya no está bajo su control y no pueden recuperarla; lo que está en línea o se envía por mensaje de texto puede existir para siempre y enviarse a otros”, aconsejaron desde la publicación especializada.
Finalmente, recomendaron a los padres recordarles a sus hijos que merecen respeto y que ser presionados para que envíen un mensaje nunca está bien, ni es una forma de "demostrar" su amor o atracción hacia alguien.

En Bolivia

Esta semana, una mujer boliviana, que, junto a su pareja, abusaba a su hija de ocho años para luego filmarlos se quitó la vida en una celda policial de Santa Cruz. Este hecho salió a la luz debido al alboroto que esto provocó entre los internos de la cárcel cruceña de Palmasola donde se encontraba recluido el padrastro de la menor. Le quitaron el teléfono celular a un recluso que peleaba con otro. Al revisarlo encontraron videos sexuales caseros y en ellos reconocieron a la mujer, a uno de los presos que disputaba el equipo y a la menor que ingresaba a Palmasola con su mamá.

 El hombre cumplía una condena de 11 años de presidio por violación debido a un caso anterior y llevaba al menos dos años de relación sentimental con la madre de la víctima. La documentación de la investigación del caso,  a la que tuvo acceso EL DEBER, señala que la menor cuenta los vejámenes y referencia como escenario de los mismos la cárcel; también menciona que ella, sus hermanos y su madre se quedaban a dormir en el penal una y hasta dos noches, extremo que está prohibido, pero que al parecer en este caso sí se permitió. Ahora las autoridades buscan sacar a los niños que están en el penal. 

Son muchos los casos que afectan a menores en el país. A fines de enero se dio la aprehensión de un adulto mayor de 77 años de edad, quien abusó sexualmente y tomó fotografías pornográficas a sus sobrinas nietas de 5 y 7 años de edad, en la ciudad de Cochabamba.

Este caso  refiere que el anciano aprovechaba que las pequeñas víctimas eran dejadas a su cuidado cuando su madre iba a trabajar para cometer sus actos ilícitos. Hubo lo que es el abuso sexual, toques, amenazas, videos y fotografías mediante juegos.