El presidente del TSJ dio clases entre 2002 y 2003 en la universidad pública de Chuquisaca en la carrera de Comunicación Social. Hace pocos días se estrelló contra la labor de la prensa en el país

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13 de enero de 2019, 4:00 AM
13 de enero de 2019, 4:00 AM

Tres policías lo esperan en las gradas de ingreso al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). José Antonio Revilla, presidente de la máxima instancia judicial del país, desciende de un vehículo público y al subir las escaleras saluda a los oficiales con un apretón de manos. Agarra sus llaves y pasa de inmediato a su despacho. Revisa documentación y espera las reuniones programadas.

Un día de Revilla es la combinación de lo laboral con la familia, pero a eso se suman las críticas en su contra no por su gestión, sino por sus dichos contra parte de la prensa. La carrera de Revilla se centra en la ciudad de Sucre.

Es un antiguo funcionario del extinto Poder Judicial, hoy Órgano Judicial Plurinacional. Ascendió desde auxiliar de juzgados en la capital del país, fue juez y llegó a ser presidente del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca. Hoy es la cabeza del TSJ y llegó a esta instancia por la vía del voto soberano.

Pero esa carrera pública la combinó con la docencia y no toda transmisión académica fue en la carrera de Derecho. Entre 2002 y 2003 pasó por Comunicación Social de la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca dictando la materia Principios del Derecho Legislación de Prensa Deontología. Ese aspecto se puede verificar en su hoja de vida, que está publicada en la página digital del TSJ.

Un código deontológico es un conjunto de normas específicas de la profesión que pretenden regular el actuar profesional de un informador en el ámbito periodístico. Están basadas en dos principios básicos: la responsabilidad social y la veracidad informativa. Además, exigen del periodista un continuo reciclaje y autoperfeccionamiento profesional.

Esa fue la esencia de la materia que dictó Revilla, que hace unos días se estrelló con parte de la prensa, a la que llamó “tergiversadora”, “no objetiva” y “manipuladora de la información”. El presidente del Colegio de Abogados de Chuquisaca, Arturo Yáñez, lamenta que Revilla hubiera lanzado los cuestionamientos a la labor periodística a pesar de haber impartido docencia a alumnos que ahora, en parte, son periodistas. “Esa docencia se basó en normas que tiene el periodismo, que tiene la prensa.

El doctor Revilla pasó por la carrera de Comunicación Social y aun así se estrelló contra la prensa insultándola y minimizando su labor”, apunta el jurista. Revilla no quiere referirse más al tema y recuerda su carrera de docente como un paso exitoso para su profesión. El presidente del TSJ prefiere hablar de retos y asegura que en las noches siempre se acuesta pensando en la planificación del día siguiente: “Como bien dice Platón, el silencio es el pensamiento de una persona consigo mismo. Y consiguientemente una persona siempre piensa en las tareas que debe encarar”, parafrasea.

 

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