Las dos explosiones ocurridas durante el Carnaval de Oruro provocaron un clima de inseguridad y de desconfianza en la ciudad. La gente camina por las calles con temor de convertirse en una nueva víctima

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25 de febrero de 2018, 4:00 AM
25 de febrero de 2018, 4:00 AM

La entrada devocional había comenzado muy temprano, todo era fiesta y colorido en el carnaval de Oruro, considerado uno de los cinco más famosos del mundo. La alegría de los danzarines contagiaba a los miles de espectadores que colmaban las graderías construidas a lo largo del recorrido de tres kilómetros que concluye a los pies de la sagrada imagen de la Virgen del Socavón.

De pronto, todo se ensombreció, llanto y el dolor en vez de alegría,  un poderoso estallido acabó con la vida de ocho inocentes personas, entre ellas, cuatro niños, sucedió en la intersección de las calles Bakovic y Ejército, a una cuadra de donde se realizaba la fastuosa entrada, eran las 18:33 del sábado 10 de febrero.

La jornada que había transcurrido con absoluta normalidad, entre el entusiasmo propio de la festividad y el asombro de los visitantes nacionales y extranjeros ante la extraordinaria muestra de fe y devoción que los bailarines profesan a la patrona de los mineros.

A nadie se le había ocurrido siquiera pensar que al caer las primeras sombras de la noche, una  mano asesina activara un poderoso explosivo que convirtió la fiesta en tragedia. Todo era confusión, el llanto de mujeres se mezclaba con los quejidos de dolor de quienes recibieron el impacto de la explosión pero salvaron la vida.

Todos querían ayudar a los heridos, la Policía tardó en llegar, las ambulancias se hicieron presentes pero no contaban con los instrumentos necesarios para este tipo de hechos.

Pequeños cuerpos de niños destrozados, manos, piernas esparcidos por el lugar en medio de charcos de sangre, era el cuadro que encontró la Policía y los ciudadanos que acudieron al lugar para auxiliar a las decenas de heridos. Al final, el saldo trágico fue de ocho muertos todos miembros de una sola familia y 40 heridos que fueron trasladados a los centros médicos de Oruro y nueve de ellos a La Paz.

 

La primera explosión

La Policía dijo que una garrafa de gas licuado de petróleo que estaba en un carrito de venta de comida había explotado debido a que el aceite hirviendo saltó a la manguera de conexión del gas, perforándola y provocando el estallido.

Esta versión fue rápidamente cuestionada ya que la explosión de una garrafa, según los expertos de la propia Policía, no provoca tremendos daños con víctimas humanas fatales, destrucción de la infraestructura cercana, así como la rotura de vidrios de las ventanas a una cuadra de distancia.

Al día siguiente, el presidente Evo Morales en una de sus muchas alocuciones públicas dijo que personalmente no creía que una garrafa haya estallado y anunció que había instruido una investigación para dar con las causas de la explosión y de sus autores. Pese a la tragedia, el Carnaval continuó con su desarrollo tal cual ocurriera en el año 2014, cuando una pasarela de la avenida 6 de Agosto, cayó sobre una banda de músicos matando a cuatro de sus integrantes.

 

Martes 13

El martes 13, cuando la población aún no salía de su asombro y dolor por lo acontecido el sábado, una nueva explosión en la misma calle Bakovic, pero esta vez en la esquina con la calle Caro, mató a cuatro personas y dejó heridas a otras 12, eran las 18:57.

Las víctimas fueron otros inocentes que, por desgracia, circulaban ese momento por el lugar, sin saber que sería el último instante de sus vidas; un joven matrimonio y su pequeño hijo de tres años perdieron la vida dejando otros tres hijos en la orfandad. Una cuarta persona también falleció en el sitio.

La Policía dijo que se trataba de la explosión de una tubería de la conexión de gas domiciliario. Muy pronto, autoridades de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) desmintieron la versión asegurando que la red de gas estaba en perfectas condiciones. Después, la propia Policía informó de que se trató de una carga de tres kilogramos de dinamita con anfo (un elemento utilizado por la minería que hace que la explosión de la dinamita sea más poderosa y cause más daño).

Ningún grupo o persona reivindicó la autoría de los dos atentados terroristas, porque eso fueron. Lo cierto es que si el objetivo era sembrar el miedo, lo lograron. El saldo final de ambos atentados fue de 12 muertos y 52 heridos.

 

Redes Sociales

Este ambiente fue magnificado por los mensajes que se difunden en las redes sociales. Supuestas persecuciones de los responsables de los atentados, versiones sobre tiros en algún barrio de la ciudad, desplazamiento de personal de seguridad policial hicieron estallar las redes.

Todos los mensajes fueron falsos, incluso circularon videos de los supuestos autores que la Policía había capturado sembrando el miedo y la incertidumbre entre la ciudadanía.

Fueron muchos los ciudadanos que sin fuente responsable alguna, subieron a las redes  mensajes sobre nuevos atentados en la ciudad que ayudaron a sembrar el miedo.

Oruro vive ahora una aparente calma ya que los habitantes de esta ciudad transitan sus calles y avenidas con el temor oculto de que vuelvan las explosiones a sembrar luto.

 

Explosivos

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, el domingo 18 desde Santa Cruz informó de que ambos atentados estaban vinculados, mientras que el viceministro  de Régimen Interior y Policía, José Luis Quiroga, dijo que el explosivo utilizado el sábado era dinamita en gel que produce la Fábrica Nacional de Explosivos, de propiedad de las Fuerzas Armadas.

Es un explosivo que se conoce como dinamita en gel o hidrogel que no es de uso común y que comercializa Fanexa, dijo la autoridad en un programa televisivo. La dinamita que se utiliza principalmente en la actividad minera es fácil de conseguir en los centros mineros y también en Oruro, como también el anfo, no hay restricción  ni control para la venta.

 

Identikid

El martes, las autoridades dieron a conocer a los medios de comunicación un identikid de la persona que supuestamente había perpetrado el atentado del martes 13, se pidió a la ciudadanía que colabore para dar con esa persona.

Nuevamente las redes estallaron con nuevos mensajes que aseguraban que el autor del segundo atentado había sido capturado, incluso varios medios de comunicación dieron cuenta de la noticia de “forma extraoficial”. La Policía en Oruro presentó a los periodistas un video de una cámara de seguridad instalada en el lugar de la segunda explosión que muestra a un hombre huyendo del sitio y hablando por teléfono.

 

El futuro

La convivencia en Oruro se ha tornado incierta ya que todos recelan de todos, la gente circula por las calles con el temor de que una nueva explosión cobre más víctimas inocentes.

Si los dos atentados guardan relación tal como afirman las autoridades y su objetivo era sembrar el miedo, lo consiguieron.

El futuro se torna incierto para el Carnaval de Oruro, que ostenta el título de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, ya que la inseguridad se apropió de la gente. Son dos tragedias que enlutan esta extraordinaria fiesta única en el mundo, que se centra en la devoción a la Virgen del Socavón en cuyo honor miles de hombres, mujeres y niños bailan cada año.