El Ministerio de Deportes impulsa un decreto para que la población pueda acceder a los escenarios. Hay infraestructura que sigue bajo dominio de empresas. Te invitamos a leer este reportaje especial

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2 de septiembre de 2018, 15:00 PM
2 de septiembre de 2018, 15:00 PM

El ingreso no está permitido. Tras las rejas del coliseo Evo Morales Ayma, en el municipio de Quillacollo (Cochabamba), un guardia de seguridad alerta que está prohibido entrar al escenario deportivo, que fue uno de los principales para el desarrollo de los juegos de la Organización Deportiva Sudamericana (Odesur) 2018. Lo mismo sucede en la piscina del Complejo Acuático, en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Villa Tunari, y en los demás campos que fueron parte de la competencia regional. El público no puede disfrutar de las megaobras que, por ahora, solo esperan eventos nacionales e internacionales para su funcionamiento pleno.

Jorge Arispe sigue trabajando, a pesar de que los juegos Odesur concluyeron a principios de junio. Lleva material que dejó una volqueta en la puerta del estadio de fútbol de Chipiriri, una comunidad de no más de 500 personas ubicada en el municipio de Villa Tunari, en el trópico de Cochabamba. La obra es espectacular y está oculta en medio de la selva. No pasa inadvertida. Parece un campo internacional y todavía se trabaja en el lugar. Por dentro no hay mucho que hacer, solo detalles. Pero por fuera el trabajo es intenso. Los jardines no están acabados y mucho menos las aceras. Se requiere pintura en algunos lugares y se edifica el ingreso al lugar, que es parte del Centro de Alto Rendimiento (CAR) y que le costó al Estado 126.880.797 bolivianos. La infraestructura se levantó en 15,3 hectáreas.

El CAR de Chipiriri tiene una portería; una oficina de administración; polideportivo con canchas de fútbol de salón, voleibol y baloncesto; estadio de fútbol; pista atlética y graderías; dos bloques habitacionales para 400 personas; bloque de asistencia médica; gimnasio; comedor; siete canchas auxiliares de tenis; coliseo de tenis; y tres canchas de voleibol de playa. Todo eso se levanta en un pueblo donde habitan 500 habitantes.

Al ingreso la custodia es estricta. Seis policías dan seguridad al CAR. Solo se puede ingresar a ver por fuera los escenarios, previa entrega de cédulas de identidad. Todos están cerrados. Al ingreso están las habitaciones para concentraciones. Ahí también siguen las obras. Al menos una veintena de trabajadores operan dentro de la infraestructura, que albergó a varios deportistas entre mayo y junio. Los colchones están fuera, expuestos al aire libre y al sol.

Candados y proyectos

Al frente está el coliseo de tenis, también cerrado. Más arriba se levantaron las canchas, el gimnasio y el estadio de fútbol. Todos los bloques están cerrados. Lo único abierto es el campo de atletismo, que no tiene rejas y que ahora sirve para la distracción de los obreros. El dirigente cocalero Leonardo Loza no ve que el CAR de Chipiriri sea un ‘elefante blanco’. Dice que hay planes para que esta megaobra sea utilizada. Por ejemplo en las concentraciones de la selección boliviana de fútbol.

El ministro de Deportes, Tito Montaño, anuncia que el Gobierno trabaja en un decreto para que todas las obras de Odesur sean abiertas al público. Lamenta que algunos escenarios se hayan convertido en “negocio” de los dirigentes de juntas vecinales.

“Los escenarios deportivos deben ser de acceso gratuito para todos los niños y niñas, por tanto, demando a autoridades departamentales y municipales abrir los campos para que puedan hacer uso nuestros niños de manera continua y permanente (...) Las autoridades municipales y departamentales están en la obligación de brindar estos escenarios a nuestros niños, por tanto estoy seguro de que más adelante vamos a proyectar un decreto que permitirá romper cercos y candados de estos escenarios”, adelanta Montaño.

En varios municipios del Chapare cochabambino se construyeron y refaccionaron escenarios deportivos para los juegos Odesur. Los nuevos son el CAR y la piscina reglamentaria de Villa Tunari. En las localidades de Chipiriri, Entre Ríos, Ivirgarzama y Shinaota se reacondicionaron los coliseos para las competencias internacionales. Montaño explica que estas infraestructuras se utilizarán para eventos locales, como el campeonato Plurinacional. Pero la autoridad pone énfasis en el CAR de Chipiriri y dice que esta obra será “para todos los deportistas” que quieran mejorar sus marcas.

El ministro destaca que los campos construidos son un aporte al desarrollo deportivo del país. Dice que los escenarios públicos deben ser utilizados en diferentes campeonatos de todas las ramas. Por ahora, afirma, se esperan torneos para utilizarlos y destaca que en el velódromo se realizó ya un evento internacional: los Juegos Panamericanos Juveniles. Esta infraestructura está dentro de lo que se denomina la Villa Olímpica, en la ciudad de Cochabamba.

Dante está tras la malla metálica del coliseo Evo Morales Ayma, una obra gigante que puede albergar varios deportes. Es el sereno que cuida el escenario, que está alejado de la vía central de Quillacollo. Se limita a decir que no se puede ingresar y que el campo no se abre al público. Las puertas están con candado y se nota que los jardines que adornan el lugar requieren mantenimiento. Por fuera es imposible dejar de admirar la obra.

Este campo puede albergar varias ramas deportivas. Esteban Quispe es dirigente vecinal de Quillacollo y busca el funcionamiento del escenario para que la población pueda ingresar libremente, aunque admite que esa licencia será difícil de conseguir. “Son escenarios muy hermosos, de primer nivel. Este coliseo puede servir para las escuelas que están acá cerca, para que puedan entrenar”, proyecta.

En los Juegos Odesur se utilizaron 38 escenarios deportivos. Diez son campos nuevos que se construyeron para este evento y los demás fueron refaccionados. Uno de ellos se ubica en La Paz, el de bowling. El presidente del Comité Olímpico Boliviano (COB), Marco Arze, afirma que los escenarios deportivos son de primer nivel y que garantizan el buen desempeño de los atletas.

“Uno de los temas centrales es la infraestructura deportiva y el Comité Olímpico lo ha dicho de manera reiterativa que aquí empieza el alto rendimiento en el país, la infraestructura que quedó en Cochabamba es de primer nivel y creo que será objeto de admiración de los deportistas visitantes. Hay que hacer un plan que permita tener un equipo nacional que trabaje durante todo el año, tenemos centros de alto rendimiento y hay que aprovecharlos”, destaca Arze.

Piscina de primer nivel

El centro acuático, ubicado en el centro de Cochabamba, es un escenario de primer nivel. Tiene dos piletas, trampolín para la competencia de clavados, mucho espacio para el desplazamiento en el sector de competencia y tribunas de fácil acceso. Además de tableros, pantallas electrónicas y tecnología de punta.

El secretario ejecutivo del municipio cochabambino, Alex Contreras, admite que “todos” los escenarios todavía siguen en manos de las empresas constructoras porque continúan los trabajos en estas áreas, a pesar de que los juegos concluyeron hace casi dos meses. “Una vez que se resuelva este asunto, otro será el panorama”, remarca.

Sergio Renán López fue coordinador de los juegos por parte de la Alcaldía de Cochabamba. Comenta que el municipio cochabambino invirtió cerca de 30 millones de dólares en la construcción y refacción de infraestructura. Sobre la piscina, señala que es una obra de “primer nivel” y que puede albergar campeonatos nacionales e internacionales.

López dice que en el complejo acuático se instaló tecnología similar a la utilizada en los últimos juegos olímpicos. La empresa italiana Myrtha Pools, que equipó las piscinas para los juegos de Río 2016 y Londres 2012, además de casi todos los mundiales de natación, fue la encargada de instalar esta infraestructura. El experto detalla que el municipio de Cochabamba tiene un programa llamado Tierra de Campeones, que tiene como objetivo fomentar el deporte en esa ciudad. Este proyecto ya utilizó la piscina e incluso, dice, se desarrolló un evento internacional de polo acuático.

EL DEBER comprobó que esta piscina está cerrada al público y que aún siguen las obras en el exterior, ya que existen obreros que aún trabajan en el ingreso del complejo acuático. Los portones de vidrio templado están cerrados con candados, por lo que el ingreso a la megaobra está prohibido. En la Alcaldía de Cochabamba trabajan en planes para que este escenario sea de provecho para la población. Se analiza la realización de cursos de natación e invitaciones para consolidar talentos juveniles.

Más candados en las puertas

Otros escenarios cerrados son el circuito de BMX, el estadio de fútbol Félix Capriles, el coliseo de la Coronilla, el coliseo Casto Méndez, el estadio de Atletismo y los campos en el trópico cochabambino. En el campo BMX hay jóvenes con sus bicicletas que entrenan afuera. Las puertas metálicas impiden que los deportistas utilicen la obra. Por dentro hay tres obreros que limpian escombros. Miran celosos y se ocultan. El circuito está a punto, pero los candados evitan que sea utilizado.

El panorama no es tan alentador en La Tamborada, zona alejada de la ciudad de Cochabamba. De lejos se aprecia las megaobras. Los edificios que fueron utilizados para albergar a los deportistas sudamericanos, la cancha de entrenamiento, el hotel deportivo y el velódromo. De esta última obra sacaban implementos deportivos que fueron utilizados en un evento internacional, el único después de los juegos Odesur. El hotel está prácticamente en desuso. No hay nadie alojado, aunque estuvo ocupado a medias mientras se desarrolló la competencia, que reunió a deportistas panamericanos. En la cancha de entrenamiento corren dos personas. No tienen implementos deportivos. Se nota que son aficionados que trabajan en la seguridad del lugar. Se habilitó un espacio para que la población pueda comprarlos mediante planes gubernamentales.

Camilo Pérez, presidente de Odesur, destacó los escenarios de Cochabamba. Terminaron las competencias y los halagos eran muchos. Ahora la fiebre deportiva bajó y los campos esperan a atletas, pero al estar bajo llave pocos pueden tener acceso a la infraestructura de primer nivel. El mantenimiento de las obras sigue, pero el plan pos-Odesur está en terapia intensiva esperando resurgir para que las megaobras puedan ser útiles tanto para la población como para los atletas profesionales.

 

Hay planes para el fomento

En el Ministerio de Deportes dicen que convocarán a las federaciones deportivas para llevar a cabo un proyecto de desarrollo para atletas. Existe el Equipo Bolivia, una estrategia que tiene siete pilares y que el Comité Olímpico Boliviano (COB) quiere implementar.

El clima pos-Odesur se torna tenso. La intención para desarrollar planes en beneficio del deporte boliviano está cada vez más lejos de concretarse, aunque sus impulsores se niegan a decaer. El Ministerio de Deportes es responsable de convocar a las federaciones para desarrollar proyectos de desarrollo, entre los que está el uso de los escenarios de Cochabamba. El Comité Olímpico Boliviano (COB) impulsa citas para que haya consensos.

Los primeros pasos se dieron en la formación de deportistas de alto rendimiento, aunque existe poco avance, pero el puntapié ya se lo dio. Equipo Bolivia es el inicio del proyecto nacional que se basa en siete pilares para el desarrollo deportivo.

El presidente del COB, Marco Arze, señala que Bolivia recién “está dando sus primeros pasos” debido a que el trabajo en cuanto a desarrollo deportivo requiere de muchos esfuerzos. Detalla que los pilares se basan en siete aspectos: financiamiento, infraestructura, recursos humanos, entrenadores con experiencia, recursos económicos para el atleta, equipamiento de calidad, captación de nuevos talentos deportivos y permanente competencia.

“El tema de la producción deportiva tiene que ver con inversión y participación de recursos humanos, por eso tenemos que ver que el atleta no sea un llanero solitario y que esté trabajando con todo un equipo. En Bolivia no ha habido y creo que se ha roto esa barrera con la creación del Equipo Bolivia para decir que efectivamente estamos dando nuestros primeros pasos en el alto rendimiento. Para aquello hay que trabajar de manera mancomunada, con las entidades públicas y privadas”, destaca Arze.

Al menos la infraestructura está garantizada, y es de primer nivel. Sin embargo, ese aspecto se centralizó en Cochabamba. Aun así se debe aprovechar, según Arze. El líder deportivo resalta que el factor económico es el dilema entre el Estado y los atletas. Muchos de ellos se quejan por falta de apoyo, aunque los gobiernos subnacionales y el Ejecutivo central destacan apoyos financieros.

El ministro de Deportes, Tito Montaño, afirma que los juegos de Odesur son el inicio de una visión deportiva con proyección. “Estos juegos sirvieron para relanzar el deporte boliviano, porque consideramos que recién a partir de ahora, después de tantos años, tenemos los primeros centros de formación y entrenamiento deportivo tanto en Cochabamba como en la región del trópico (cochabambino), que para futuro estos campos servirán para que los deportistas puedan mejorar sus entrenamientos”, remarca la autoridad.

Ingreso al velódromo de la Villa Sudamericana. El único escenario utilizado después de los Odesur