Existen siete trancas que son deseadas por los policías, ya que por esos puntos pasa el contrabando. Los efectivos pagan para ser destinados a las zonas.

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26 de mayo de 2019, 4:00 AM
26 de mayo de 2019, 4:00 AM

Muchos policías hacen hasta lo imposible para ser “tranqueros”. Estos son los efectivos que son destinados a los puestos de control por donde pasa una mayoría del contrabando. Y en el departamento de Oruro existen siete trancas donde está el “negocio” y otras diez que no son tan apetecidas, pero aún así existe lucha interna en la Policía para llegar a esos puestos.

EL DEBER accedió a un informe de Inteligencia en el que se detalla los puestos de control más apreciados para los policías. Son las trancas de Vichuloma, Ancaravi, Caihuasi, Capachos, Puente Español, Jatita y Vila Vila. En estos puntos trabajan entre diez a 20 uniformados. El más deseado es el de Ancaravi y para llegar a esa zona un policía tenía que pagar 2.000 dólares. La Fiscalía de Oruro detalla que esos pagos eran ejecutados en la gestión del excoronel Romel Raña, ahora detenido en el penal de San Pedro de La Paz.

El documento cuantifica que en estos siete puntos se recaudaba 147.000 dólares al mes por el pago para llegar a ese destino. El trabajo que hacían los efectivos -según el informe- es permitir el paso de los camiones con contrabando, a quienes se les pedía un código previamente ofertado con oficiales policiales.

Los otros diez puntos son en las localidades de Challapata, Caracollo, Huanuni, Poopó, Huari, Pazña, La Joya, Curahuara de Carangas, Machacamarca y Copacabanita. A estas trancas llegaban arriba de diez policías y pagaban 1.000 dólares por ser destinados. Solo en Challapata el pago era de 2.000 dólares.

“Estos grupos ya están acostumbrados a pagar a los comandantes, están organizados que cuando llega un nuevo comandante se entrevistan de inmediato y ofrecen dinero en sumas mayores para ser beneficiados con destinos por donde pasa el contrabando”, dice el texto.

Nuevo jefe lo descarta

El nuevo comandante de la Policía de Oruro, coronel José Pizarro, descarta esos extremos y señala que este caso está en manos de la Fiscalía.

Sabaya es un punto clave para el contrabando, aunque eso lo descarta su alcalde, Edgon Villca, quien lanza una explicación a lo que pasa en la frontera: “Todo el contrabando pasa por las comunidades aledañas de Sabaya, no por el casco urbano”.

En los alrededores de Sabaya hay pueblos como Pagador, Huachacalla, Payrumani, Turco o Carabaya que son víctimas del contrabando y también del narcotráfico.

Estas comunidades prácticamente viven del contrabando. Las mafias, que son familiares, operan desde esos pueblos, pero sus tentáculos están presentes en el lado chileno. Los padres son bolivianos y los hijos tienen nacionalidad chilena.