Esperan que a las misas masivas asistirán 1,2 millones de fieles. La gira papal durará del 15 al 18 de enero. Chile vive un ambiente tenso por las elecciones del próximo domingo

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12 de noviembre de 2017, 4:00 AM
12 de noviembre de 2017, 4:00 AM

El conflicto entre los mapuches y el Estado y los problemas de los inmigrantes serán los ejes de la visita del papa Francisco a Chile, en enero de 2018, en la que el sumo pontífice entregará un mensaje de paz a una sociedad tensionada por el debate político y las diferencias sociales. “Esperamos que la visita sea un aporte al diálogo, la paz y el respeto a la diversidad”, manifestó el director ejecutivo de la Comisión Nacional para la visita del papa Francisco, Javier Peralta, en un encuentro con la prensa internacional.

Los organizadores de la visita evitaron pronunciarse sobre las declaraciones del embajador chileno ante la Santa Sede, Mariano Fernández, que señaló que el Gobierno de su país espera que el papa Francisco “se abstenga de opinar” sobre el tema de la demanda marítima de Bolivia, una declaración que  replicó el presidente  Evo Morales, quien la consideró fruto del “miedo”.

“El papa tiene fuentes de información de lo que está sucediendo (...), la decisión que él tome será fundada en lo que sabe”, dijo Peralta.
En Chile radican alrededor de 30.000 ciudadanos bolivianos.

Otro punto central de la agenda son las misas masivas a las que asistirán 1,2 millones de fieles, la gira papal en Chile, que durará del 15 y 18 de enero e incluirá Santiago, Temuco (sur) e Iquique (norte), incluirá actividades como un encuentro masivo con jóvenes y una inédita visita a una cárcel de mujeres.

Que el lema de la gira sea Mi paz os doy  es un exponente de la cultura del encuentro que el papa impulsa desde que comenzó su pontificado, en marzo de 2013, enfatizó el representante de la Iglesia católica.

“Este mensaje le puede venir muy bien a Chile en estos momentos”, porque la confrontación política de las elecciones del próximo 19 de noviembre tensa el ambiente social y refuerza los mensajes de discordia, agregó. “Es bueno que el papa saque a relucir ciertas situaciones dolorosas y desafíos que tenemos que superar como país”, subrayó el director ejecutivo para la visita, que puso como ejemplo de esta realidad el contacto con los inmigrantes durante la jornada en Iquique, donde convive una veintena de colonias de extranjeros.

A este mismo planteamiento responde la visita del pontífice a la ciudad de Temuco, capital de la Araucanía, donde se concentra la población mapuche. “Viaja allí porque es la región más pobre del país y también por el conflicto con los pueblos originarios, que es un tema muy presente en la agenda del papa”, explicó Peralta.

El presupuesto de la gira por Chile de Jorge Mario Bergoglio asciende a 18 millones de dólares, de los cuales, 6,5 millones los financia la Iglesia y el resto, el Estado.

La recaudación de fondos, explicó el director ejecutivo para la visita, tiene tres fuentes de financiación: las instituciones de la Iglesia católica; las colectas organizadas por parroquias y colegios, y las donaciones efectuadas por personas jurídicas que se acogen a una ley de financiamiento aprobada "ad hoc" por el Senado.

Esta última ha resultado muy polémica, por cuanto establece deducciones fiscales que redundan en una merma de la recaudación tributaria.
Al respecto, Javier Peralta consideró "tremendamente positivo" la discusión sobre los recursos para costear la visita y el hecho de que se pidan explicaciones.

“El monto (del presupuesto) es alto y está muy asociado con el movimiento de personas”, dijeron los organizadores, que prevén también la llegada masiva de ciudadanos argentinos para ver y escuchar a su compatriota.

Para el desarrollo de las actividades del papa se emplearán 2.000 metros cuadrados de pantallas LED, 600.000 hostias, 3.000.000 de litros de agua, 4.500 metros cuadrados de altar y un recorrido de 3.060 kilómetros para los tres papamóviles que se usarán en los desplazamientos del pontífice.

“Estamos hablando de diez veces más que un partido de fútbol o un concierto masivo”, comparó Peralta. “No existe infraestructura para acoger esta visita, hay que construir accesos, preparar el terreno, poner vallas, construir caminos para el papamóvil, instalar baños públicos y servicios de luz y agua”, añadió.

El representante de la Iglesia  subrayó que la gira de Bergoglio -que continuará después en Perú- dejará una derrama económica importante en Chile, como ha sucedido en otros países que ha visitado.

Respecto a la demanda de los fieles de la diócesis sureña de Osorno de relevar a su obispo, Juan Barros, a quien acusan de ocultar casos de abuso sexual, los representantes de la Iglesia católica puntualizaron que la agenda del pontífice "no contempla audiencias privadas”.

Esta visita será muy diferente a la de Juan Pablo II en 1987, cuando el país vivía bajo la dictadura y los católicos representaban el 80% de la población, frente al 57% actual.