No lo quieren y esperan que en 2020 deje la Presidencia de Bolivia para instalar una nueva era de diálogo. Así ven a Evo Morales desde el aparato político de Chile

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7 de octubre de 2018, 4:00 AM
7 de octubre de 2018, 4:00 AM

Evo Morales no es querido en Chile. Sandro Mariel maneja su taxi en Iquique y no duda en lanzar duras críticas contra el mandatario boliviano. El presidente tenía algunos respaldos en ese país, pero ahora se ocultaron. Incluso el aparato político chileno quiere que el jefe de Estado deje el poder para avanzar en diferentes negociaciones. En La Paz existe rechazo a esa percepción y la tildan de injerencia.

La alcaldesa de Antofagasta, Karen Rojo, chocó siempre con el discurso de Evo Morales. Ahora no es indiferente, aunque respeta su gestión y el tiempo que debe seguir gobernando. La autoridad chilena va más allá de 2020 y sugiere que el mandatario boliviano no insista en su intención de repostularse.

“Yo que él (Evo Morales) daría un paso al costado (sobre su repostulación). Bolivia necesita otro gobernante y la última cartita que tenía era este fallo. El presidente (boliviano) que escuche la sentencia y ojalá cambie de actitud. Debemos crecer, los pueblos deben crecer”, remarca la alcaldesa de Antofagasta.

Rojo recuerda que tuvo muchos problemas con Morales, pero eso no afectó –dice– en la relación que existe con la comunidad boliviana en Antofagasta. Detalla que estuvo a punto de partir a La Paz y Cochabamba, pero por presiones políticas del líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) tuvo que cancelar su viaje. “Su partido presionó para que levanten una invitación del alcalde de Cochabamba (José María Leyes, ahora suspendido) para avanzar en convenios”, dice.

La figura de Evo Morales no es recibida de la mejor manera en Chile, al menos en el norte. La población lo ve como la persona que prometió a la población boliviana que iba a recuperar un pedazo de mar en el norte. Eso no le perdonan a Evo.

El diputado Vlado Mirosevic, del Partido Liberal de Chile, lamenta que el presidente boliviano haya asumido un discurso duro contra el Gobierno chileno, lo que perjudica, dice, en los avances para negociar otras temáticas que no sea el tema marítimo, que por ahora queda en suspenso tras el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que desechó la demanda marítima nacional.

“Creo que lo que el presidente Morales quiere es básicamente desconocer el fallo (de la CIJ), malinterpreta y manipula. No es cierto que la Corte Internacional de Justicia haya dicho que hay un tema pendiente, la corte zanjó claramente hecho por hecho, negociación por negociación, diciendo que eso no constituía una obligación de negociar. Es por estas tergiversaciones que el presidente Morales pierde credibilidad en la República de Chile”, remarca Mirosevic.

En La Paz la reacción tiene un mensaje de unidad, pero no de apoyo a Morales. En el MAS arropan a su líder y lo protegen de todas las balas que le llegan. La oposición solo pide que no haya injerencia en temas internos.

El jefe de bancada del MAS en Diputados, David Ramos, es fiel a Morales. Lo defiende de las acusaciones chilenas y pide que no se “entrometan” en temas internos bolivianos. “En Chile deben respetar que Evo Morales fue elegido presidente y que está legalmente habilitado para volver a postular. No hay duda de eso. Ahora que vengan y digan que debe ser otro el interlocutor ya es injerencia”, considera el legislador del oficialismo.

La oposición y su defensa

La oposición tiene una mirada casi similar. No quieren que Evo vaya a la repostulación, pero tampoco aceptan que políticos chilenos se inmiscuyan en asuntos internos. La diputada Lourdes Millares, del opositor Partido Demócrata Cristiano (PDC), sugiere al aparato político chileno no ingresar a asuntos internos nacionales.

“Les pedimos a los expresidentes de Chile y al propio presidente Sebastián Piñera, con absoluto respeto, no se metan en la democracia interna de nuestro país. Si no lo saben los chilenos, nosotros somos un país soberano”, resalta Millares.

La molestia aumentó cuando el ex presidente chileno Eduardo Frei sugirió que sea en 2019 un reencuentro con el diálogo y que el presidente boliviano no sea Evo Morales. “Para nosotros sería ideal que el próximo año tengamos un presidente electo de Bolivia que esté dispuesto a dialogar y seguir construyendo una unidad; afianzar lo que hemos hecho”. Esa fue la frase de Frei que enfureció en Bolivia.

Incluso salió al paso el canciller Diego Pary, quien rechaza las palabras de Frei emitidas luego de una reunión con Sebastián Piñera en La Moneda. “No aceptamos injerencia de ninguna manera en temas que son de interés de los bolivianos. Quienes deciden, quién es o no el presidente de un país, somos los bolivianos y no actores externos”, reclama el diplomático boliviano.

Evo Morales bajó el tono y aún se cura del duro golpe que dejó el fallo. En Chile no lo ven como un gran político, incluso sus seguidores en ese país decidieron ocultarse tras el veredicto.

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