Las autoridades políticas de Arica, Iquique y Antofagasta señalan que existe poca atención por parte del Gobierno de Sebastián Piñera. Aún así, y con la fuerza laboral de la comunidad migrante, desarrollan políticas de desarrollo a nivel regional

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7 de octubre de 2018, 4:00 AM
7 de octubre de 2018, 4:00 AM

El norte de Chile vive indiferente a lo que pasa en el sur. Sus autoridades exigen más atención del Gobierno central. Se sienten alejados y marginados. Arica es la última ciudad norteña. Está en la frontera con Tacna, Perú, pero también está cerca de Bolivia. La mayoría de su población es migrante y depende del comercio.

El alcalde de Arica, Gerardo Espíndola, no es cercano al gobierno de Sebastián Piñera y revela que el verdadero “enemigo” del norte chileno es el “centralismo”. El burgomaestre abre los brazos a la comunidad boliviana y protesta por la falta de atención del Gobierno central.

“Creemos firmemente que el país debe estar preocupado de los territorios de frontera durante todo el año, y no solo cuando ocurren este tipo de situaciones, como el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). En esta lucha nuestro enemigo no es Bolivia, nuestro enemigo es el centralismo”, reclama Espíndola.

El alcalde de Arica llama a Sebastián Piñera a enfocar su discurso en el norte y adoptar proyectos para esa zona. Exige políticas de fronteras, similares a las que tiene Bolivia.

“Se nota que en Bolivia existe más vocación por las zonas extremas, es por ello que solicitaremos la creación de políticas de Estado especiales para nuestra región”, remata el burgomaestre.

El diputado chileno Vlado Mirosevic, que representa al norte de Chile, no se aleja del pedido de Espíndola. El legislador es un férreo luchador contra el centralismo y quiere más desarrollo a costa de Sebastián Piñera.

“Desde Arica y Parinacota exigimos una política de Estado de desarrollo para zonas extremas. Que Chile no se olvide de Arica después del fallo de La Haya. Basta de centralismo asfixiante. Ojalá que el Gobierno (de Piñera) se acuerde de esta zona después del fallo”, remata Mirosevic.

Piñera festejó el fallo de la CIJ, que desechó la demanda marítima boliviana, en la ciudad de Antofagasta. El martes pasado tuvo una visita de 33 minutos y luego retornó a Santiago. No compartió con la gente que lo esperó por horas y solo brindó un discurso en el que centró su mensaje en que “Antofagasta fue, es y será de Chile”.

La alcaldesa de esa región, Karen Rojo, también es parte de la crítica al centralismo. La burgomaestre cataloga como un “cáncer” el olvido del Gobierno central a zonas norteñas.

“Chile es un país completamente centralizado y que cualquier esfuerzo que se haya desarrollado a nombre de la regionalización no fue suficiente. Aún esperamos que las demandas de las regiones sean escuchadas. Aquí no basta un día específico para hablar de descentralización, necesitamos con urgencia que las regiones sean consideradas y que se adopten medidas concretas para que efectivamente podamos hablar de regionalización”, resalta Rojo.

El análisis

El analista Erick Leiva remarca que Santiago y las ciudades centrales tienen mayor crecimiento, a diferencia del norte. Dice que este factor se debe a que existe más atención del centralismo a proyectos de desarrollo, lo que no sucede en zonas como Antofagasta, Arica o Iquique.

“A nivel nacional vemos como Santiago y otras ciudades del centro del país, crecen, se desarrollan, acumulan población y recursos. Y al mismo tiempo, a nivel regional, vemos como Arica concentra todo lo anteriormente señalado. Es seguro que este fenómeno seguirá por bastante tiempo y en la medida que no exista cambios estructurales no se lograrán avances para revertir el despoblamiento de zonas rurales y la centralización”, considera Leiva.

En Iquique existe también ese pensamiento. Jorge Soria es un histórico político de esa ciudad y fue alcalde durante muchos años. Hoy es senador por la región de Tarapacá y se suma a las críticas contra el centralismo.

Soria lanza una primera frase: “La clase política nuestra es muy centralista. De eso no hay duda”. Aún así no ve difícil hacer gestión ante el olvido del gobierno de turno. “Ellos miran desde el centralismo y el desarrollo del país lo ven desde ese diámetro. Por eso nosotros en Iquique chocamos siempre con los gobiernos de turno, porque nosotros veíamos el desarrollo desde Iquique y lo logramos: fuimos los rebeldes”, declara.

Arica, Antofagasta e Iquique son ciudades que viven de políticas regionales. No tienen mucha atención del Gobierno central, a pesar de que los presidentes cuando los visitan hacen promesas de desarrollo. Hoy, esas urbes crecen también a las fuerzas laborales de la comunidad migrante, entre ellas la boliviana.

Arica, Iquique y Antofagasta reclaman más atención del Gobierno central.

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