Fernando Leanes es una voz autorizada a la hora de hablar sobre temas de salud pública. Hace un análisis sobre el Sistema único de Salud y también habla del crecimiento mundial del riesgo de enfermedades crónicas que afecta a los bolivianos

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14 de abril de 2019, 4:00 AM
14 de abril de 2019, 4:00 AM

La celebración del Día Mundial de la Salud coincidió con el primer mes de implementación del Sistema único de Salud (SUS). El comunicado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) wsaludó el aumento de cobertura en salud; llamó a ampliar y a sostener programas como Mi Salud para universalizar la promoción, la prevención y la participación comunitaria e instó al diálogo. Veamos.

Reconocimiento al aumento de cobertura en salud

La Ley 152 amplía la cobertura de salud a todos los bolivianos. A poco más de un mes de promulgada, avanzan convenios con departamentos y alcaldías, la adquisición de medicamentos, la dotación de personal y mejoras para un número de establecimientos. Un total de 2,3 millones de personas se inscribieron y cuatrocientos mil se atendieron.

Es sin duda, un avance hacia la meta de 3,8 de la agenda 2030 de “lograr la cobertura sanitaria universal”, hacia el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2025, la estrategia de salud universal de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y cumple el resultado intermedio de 4,1,1 sobre avances hacia la cobertura universal en salud del plan estratégico de la OPS/OMS.

Llamado a la promoción, la prevención y la participación

El llamado de la ONU a universalizar programas como Mi Salud identifica una oportunidad para los bolivianos. El continuo del sistema de salud incluye desde la salud colectiva hasta la atención médica de los individuos. Los avances en salud pública se han visto en el progreso de los indicadores por la mejor distribución de los ingresos, por los programas sanitarios, las transferencias condicionales y por el programa Mi Salud. Empero, el crecimiento mundial de los factores de riesgo de enfermedades crónicas afecta a los bolivianos y debe abordarse para evitar que la carga de enfermedades, el desarrollo en salud, afectan derechos del pacientes.

Las adjetivaciones infundadas y sin propuesta, aquí y en cualquier país, son funcionales a generar un estado de confusión que hace perdurar los vicios asociados al pago en el punto de atención: la exclusión del que no puede pagar y el empobrecimiento de las familias. El derecho adquirido es irreversible y la discusión debería focalizar en la eficacia y eficiencia de los servicios. Hay mucho aportado y por aportar.