El capitán de reserva jura al cargo este martes 1 de enero en Brasilia. Las naciones de la región se encuentran a la expectativa, incluida Bolivia

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30 de diciembre de 2018, 4:00 AM
30 de diciembre de 2018, 4:00 AM

El derechista y ex militar Jair Mesías Bolsonaro se apresta a tomar las riendas del coloso Brasil este 1 de enero de 2019, pero según sus primeros movimientos, su apuesta fuerte es la de liderar la política de América Latina y el Caribe.

A contracorriente de sus predecesores de la llamada línea progresista (los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff), Bolsonaro trata de reunir a líderes liberales y conservadores en una ‘nueva derecha’, no la ‘golpista’ de décadas pasadas.

Así como lo aseguró en un análisis el politólogo brasileño Martín Eigon Martino, al llamar a Bolsonaro como perteneciente a la ‘derecha sin vergüenza’, en la que él no tiene ningún problema de apuntarse. Hace poco se realizó en Foz do Iguazú una cumbre conservadora de las Américas, organizada y liderada por el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente electo y en la que estuvieron representados delegados de la crema y nata de la derecha de varios países, donde se habló de los peligros que representan algunos gobiernos de la región, como los de Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Ahí se habló de la posibilidad de conformar un tribunal regional para juzgar a los crímenes que c ometen los gobiernos comunistas. Es más, Bolsonaro, el 9 de diciembre terminó de conformar su Gobierno, que entre sus 22 ministros tendrá a 5 miembros de las Fuerzas Armadas y como principal escudero al general Hamilton Mourao en la vicepresidencia. Otros cuatro ministros definidos por el capitán de la reserva del Ejército han trabajado o estudiado en instituciones de las Fuerzas Armadas, lo que le dará al próximo Gobierno un carácter cívico-militar inédito en la democracia que Brasil recobró en 1985, tras 21 años de dictadura.

Polémico y controversial

Jair Bolsonaro nació en Glicé- rio (San Pablo), pero ha vivido en Río de Janeiro y en Brasilia. Se casó tres veces y tiene cinco hijos. Bolsonaro optó por el servicio militar y en 1977 se graduó en la Academia Militar de las Agujas Negras. Sus logros legislativos fueron escasos, pero nunca se ha visto empañado por casos de corrupción. Si bien es católico mantiene lazos estrechos con las iglesias evangélicas, que apoyaron su candidatura.

“Brasil por encima de todo; Dios por encima de todos” fue su eslogan de campaña. Jair siempre ha estado envuelto en polémicas por sus declaraciones en contra de los gais y las lesbianas, asegurando que él no llegaría a querer si es que hubiese tenido un hijo gay. También en numerosas ocasiones ha sido calificado como racista por su opiniones sobre los indios que viven en territorios delimitados. Hace poco en declaraciones a La Sexta aseguró: “Nadie quiere maltratar a los indios.

Ahora, mira, en Bolivia tenemos un indio que es presidente (Evo Morales). ¿Por qué en Brasil tenemos que mantenerlos recluidos en reservas como si fueran animales en zoológicos”, dijo Bolsonaro a medios en Cachoeira Paulista, un municipio en el interior de San Pablo. El mandatario electo, un nostálgico de la dictadura militar (1964-1985), respondió así a una pregunta de un periodista sobre la capacidad del futuro Gobierno de reducir la deforestación y las emisiones de gases de efecto invernadero, metas recogidas en el Acuerdo de París. “Sobre el Acuerdo de París, en los últimos 20 años, siempre noté una presión externa -y que fue acogida en Brasil-, en lo relacionado, por ejemplo, a demarcar cada vez más tierra para el indio, demarcar tierra para reservas ambientales, entre otros acuerdos que, a mi entender, fueron nocivos para Brasil”, indicó. “El indio es un ser humano igualito a nosotros. Quiere lo que nosotros queremos y no se puede usar la situación del indio, que es una situación que aún está en inferioridad en relación a la nuestra, para demarcar esa enormidad de tierras”, completó. Asimismo, advirtió que esas tierras protegidas, a su entender y “de acuerdo con la propia ONU, por la determinación de los pueblos indígenas”, podrían convertirse “en nuevos países en el futuro”. “¿Se justifica, por ejemplo, tener la reserva Yanomami, dos veces el tamaño del estado de Río de Janeiro para, tal vez, 9.000 indios? No se justifica eso ahí”, apuntó.

Relaciones con Bolivia

Pese a las diferencias ideológicas, el presidente boliviano Evo Morales, muy afín a los expresidentes Lula y Dilma Rousseff, ha expresado su disposición de trabajar con Bolsonaro en asuntos de interés para sus países. Poco después del triunfo de Bolsonaro, Morales escribió en Twitter: “Saludamos al hermano pueblo de Brasil por su participación democrática en la segunda vuelta de elecciones presidenciales en las que resultó electo Jair Bolsonaro, a quien extendemos nuestro reconocimiento. Bolivia y #Brasil son pueblos hermanos con lazos profundos de integración” (sic). Hace semanas surgió una polémica sobre la invitación al presidente venezolano Nicolás Maduro a la investidura presidencial, de la cual Brasil dijo haberla retirado, al igual que al mandatario de Cuba. Al respecto, el canciller boliviano Diego Pary sostuvo a una agencia noticiosa que “el caso no es el de Bolivia”, pues el país “está trabajando plenamente sobre la base de su Constitución y sus leyes” y aquí “existen todas las libertades correspondientes, al agregar que el presidente Morales estará presente para la posesión.

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