De acuerdo a las investigaciones, a la víctima le perforaron un riñón y el útero durante la intervención clandestina, situación que le provocó el fallecimiento

El Deber logo
13 de junio de 2019, 4:00 AM
13 de junio de 2019, 4:00 AM

Una joven universitaria, de 23 años, falleció luego de que le dañaron dos órganos durante un aborto clandestino que le practicaron en un centro de salud, de la ciudad de Oruro.

El fiscal de materia, Aldo Morales, informó a EL DEBER que la persona que hizo la interrupción del embarazo le perforó el útero y un riñón a la víctima, por lo cual tuvo una hemorragia interna, que le provocó la muerte.

Morales dijo que la joven fue intervenida durante el fin de semana y el caso está siendo investigado por el delito de homicidio.

“Se está haciendo los actuados pertinentes, estimamos que en las próximas horas se logrará identificar a la persona que habría realizado esta operación ilegal. Además, se está verificando el lugar, como también quién realizó el aborto, al parecer se trataría de alguien ajeno al área de salud”, detalló el representante del Ministerio Público.

Este medio conoció extraoficialmente, que la intervención ilegal del embarazo tuvo un costo aproximado a los 900 bolivianos, los que fueron cobrados por el “falso médico”.

En otro caso, la Fiscalía de Oruro confirmó que Adela P., de 57 años, fue víctima de un feminicidio en una casa de la avenida Brasil, el lunes. La mujer habría sido asfixiada y abusada sexualmente. Por este crimen, Leoncio Zenteno Ayala ya fue enviado al penal de San Pedro, por orden de un juez.

Enterraron a Rigoberta

Ayer, Rigoberta Barrios fue enterrada en un cementerio de Satélite Norte, en Warnes. Previo al sepelio, sus familiares y amigos la velaron en su casa, del barrio San Lorenzo de la zona de la Luján.

“Era amable, alegre y trabajadora; ella mantenía a sus tres hijos (dos varones de 19 y 21 años y una niña de 11 meses)”, recordó su hermana, Isabela Barrios.

Isabela dijo que la menor de sus sobrinos se quedará bajo la tutela de su hermana Martina, quien la alimentará y la hará estudiar.

Pablo Yovanny Flores Barrios, hijo de Rigoberta, contó que nunca sospecharon que Márquez sea el asesino de su madre. “Creíamos que porque él era policía, era una persona justa, pero resultó ser un criminal” dijo indignado.

El jefe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de Santa Cruz, Jhonny Aguilera, informó que los exmiembros del Batallón de Seguridad Física detenidos; Rubén Arubito Chiri y Rubén Márquez Bautista le cortaron los brazos a Rigoberta, para poder meter su cadáver al barril, que después llenaron de cementó y enterraron en el barrio Guaracachi.

Ayer, la Policía y la Fiscalía realizaron la reconstrucción del feminicidio, en tres escenarios, con la presencia de los aprehendidos. Ambos sindicados hoy irán ante un juez.

En este año se han registrado 55 feminicidios en Bolivia, según una nota de la agencia ANF.