Los 219 delegados tienen el desafío de aprobar políticas para mejorar la calidad académica de la Uagrm o inclinarse por cambios de forma al estatuto. La última reforma de estatuto se hizo hace 11 años

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27 de agosto de 2018, 4:00 AM
27 de agosto de 2018, 4:00 AM

Por segunda vez en los 138 años de fundación, la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm) instala hoy su congreso en procura de hacer modificaciones de fondo al estatuto para lograr una revolución académica y salvar del caos a esa casa de estudios superiores.

El evento se realiza 11 años después de la primera reforma estatutaria (en 2007). Es consecuencia de las críticas y de la presión de los movimientos estudiantiles profesionales en el proceso eleccionario de las autoridades de la Uagrm en 2016. Entonces, demandaban voto igualitario, censo universitario, revisión de la carga horaria, un nuevo modelo de cogobierno y la necesidad de establecer reformas para modernizar la educación superior.

Tras la convocatoria para el congreso, que tendrá a 219 delegados, hubo talleres para analizar la problemática que enfrenta la Gabriel y quedaron marcadas dos visiones, por lo que algunos profesionales, como el excandidato a rector Miguel Cadima y los docentes Jenny Ampuero y Manfredo Bravo, alertan que en este debate se enfrentarán los que quieren cambios de fondo al estatuto, mientras que otros ‘pelearán’ para mantener el statu quo y proteger los privilegios para ciertos sectores políticos.

La docente Ampuero dice que en este congreso se debe poner fin a la ‘era machista’ de la Uagrm y lograr que en el ámbito político el nuevo estatuto esté alineado al mandato de la Constitución Política del Estado para que se consolide la paridad de género y la alternabilidad en la ocupación de cargos jerárquicos. “Se deben marcar las líneas para que la ‘U’ esté acorde con la realidad local, nacional e internacional, establecer cambios de la misión y visión de la casa de estudios superiores, además de delinear políticas para mejorar el escalafón docente, la formación académica, la extensión e interacción social y el modelo del gobierno universitario”.

Por su lado, Manfredo Bravo, es menos optimista con los resultados que dejará el segundo congreso universitario. Cree que las “facciones políticas externas” a la ‘U’ lograron inmiscuirse en los asuntos internos y buscarán bloquear la posibilidad de consolidar cambios estructurales a la norma estatutaria con el fin de mantener los privilegios que tienen en la actual estructura.

“Buscarán mantener el statu quo que tienen en la actualidad”, alertó Bravo y opinó que entre los cambios que requiere con urgencia la universidad cruceña está el rediseño institucional relacionado con el sistema de fiscalización y de control a las autoridades del ejecutivo de la Uagrm, con la cualificación de la representación estudiantil en el Ilustre Consejo Universitario (ICU) y con el rediseño en cuanto a la calidad de la formación académica.

Miguel Cadima, que fue el candidato ‘outsider’ de las elecciones de 2016, alerta que en este congreso hay partidos políticos, como el MAS, que intentarán introducir algunos cambios de fondo al estatuto para lograr que en 2020 salga electo un rector afín a ese frente político, pero además, buscarán modificar los requisitos para ser postulante a rector y a vicerrector. Cree que, de aprobarse ese cambio, los aspirantes a ese espacio no podrán ser candidatos aquellos docentes que tengan menos de 20 años de experiencia.

Cadima, que abandonó los talleres preparativos del congreso, planteó que entre las propuestas a debatir se deben establecer lineamientos para tener una universidad estratégica, aprobar una jubilación digna para los docentes y que los mejores estudiantes universitarios tengan derecho a la titulación gratuita y hasta a una maestría.

La exdirectora de Investigación de la Uagrm María Angélica Suárez dijo que al margen de los cambios relacionados con la calidad de la formación académica, se escucharon planteamientos para que se elija a un segundo vicerrectorado para que esté a cargo de las investigaciones, de la escuela de posgrado y de la unidad de Extensión e Interacción Social; que se dé paso a la internacionalización del conocimiento y que se establezcan mecanismos para crear un sistema integrado para todas las unidades investigativas.

 

La visión estudiantil

Orlando Laime, activista del movimiento Acción Estudiantil que demandó la convocatoria a un congreso, opinó que en este evento se deben tratar las demandas del voto igualitario, aprobar un censo universitario, la revisión de la carga horaria y la desconcentración de las unidades académicas y administrativas, por ejemplo, que la Dirección de Bienestar Social se desconcentre a las provincias, que las becas IDH se las distribuya a través de las facultades y no desde un ente aglutinador.

Además propone que cada facultad tenga un comedor universitario y que los miembros del Tribunal Electoral Permanente sean elegidos por voto popular para que no sean designados por el ICU.