Hay una cultura de madres que adquirieron ‘experiencia’ curando a los hijos. También hay los que buscan un remedio casero y los que acuden directo a la farmacia. Muchos no van al sistema público por las demoras

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2 de junio de 2019, 4:00 AM
2 de junio de 2019, 4:00 AM

Un estudio de opinión realizado en marzo de este año por estudiantes de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Utepsa, para identificar hábitos de las personas que habitan en Santa Cruz de la Sierra, respecto al cuidado de la salud, reveló el cruceño se automedica (49%), pues va directo a la farmacia sin pasar antes por la consulta médica o prefiere optar por un remedio casero (29%). Lo ahuyenta lo que demora ser atendido en los centros públicos y hay un porcentaje importante (32%) que no compra la totalidad de la receta ni vigila la calidad de los remedios.

El estudio se hizo con tres grupos focales (450 hombres y mujeres mayores de edad) de los distintos estratos sociales de la capital cruceña. Se trabajó para determinar la frecuencia con la que las personas asisten al médico, conocer el motivo por el cual no acuden frecuentemente a consulta, identificar las razones por las cuales las personas se automedican y saber cuánto dinero destinan en la compra de fármacos.

La investigación revela que la influencia de la madre en la automedicación es más evidente en los jóvenes comprendidos en el rango de 17 a 24 años, quienes recurren a la progenitora cuando se sienten mal. Más llamativo aún es que entre los 31 y 38 años a quien recurren para asesorarse en temas de salud es la internet.

“El cruceño (adulto) en general se automedica cuando él se siente enfermo. Ingiere algo casero o compra medicamentos en una farmacia, pero cuando el malestar agobia a sus hijos, acude al médico”, manifestó Pedro César Saavedra, encargado del Observatorio Económico de la Utepsa.

Hábito arraigado

Para Marcelo Ríos, director del Sedes, la automedicación es parte de la idiosincrasia del cruceño, pues cree que está muy arraigado en nuestra cultura el tema del manejo propio de nuestras enfermedades en el diario vivir. “Desde niños hemos aprendido que nuestras madres, abuelas o tías, en ese rol materno, y por acción rápida o por trabajo, no acuden a los centros de salud y actúan con la automedicación. También pasa que la familia siempre tiene un médico amigo, que les da una opción y se van directo a la farmacia. Es normal y hasta permitido por la norma nacional, sino, no hubiera medicamentos de venta libre. Entiéndase como medicamento de venta libre aquel que puede ser dispensado por las farmacias a simple requerimiento del cliente, sin la prescripción de la receta médica, pero son para enfermedades muy comunes, que no representan peligro elevado para la vida, como los resfríos, dolores musculares, estomacales, alergias, etc.”, explicó Ríos.

Mery Mendieta, presidenta del Colegio de Bioquímica y Farmacia, no aconseja la automedicación por los efectos adversos que puede ocasionar. “

Tenemos organismos distintos; que a la mamá o al hermano le hubiera hecho bien una receta, no garantiza que a uno le caiga bien. Es más seguro ir al médico, aunque sabemos que en los centros hospitalarios la atención no es oportuna y la gente prefiere automedicarse antes que hacer filas”, expresó Mendieta

Ahuyentan los hospitales llenos

Entre los encuestados, solo un 34% tiene acceso a un seguro médico estable (cajas de salud o seguro privado) y una mayoría debe buscar asistencia en los hospitales públicos.

Un gran porcentaje de los encuestados no va al médico como debería hacerlo pese a que padecen enfermedades agudas o crónicas. De las 450 personas consultadas, 147 contestaron que fueron una vez al año; 66 individuos fueron dos veces por mes; 62, una vez al mes; 35, tres veces al mes; 22 sujetos, cuatro veces al mes; diez, cada cinco meses; 47, cada seis meses, y 61 nunca se hizo un chequeo médico.

“Lo alarmante es que el 3% de los enfermos crónicos no acude al médico”, dijo Pedro César Saavedra. ¿Cuál es la causa de la irregular asistencia a los controles de salud? La principal razón por la que no asisten al médico es por la indisponibilidad de tiempo o por la demora en el proceso de atención en los hospitales (un 26%). Un 25% considera que no asiste a los centros porque su problema de salud es de poca importancia.

Omar Rivera, presidente de la Federación Departamental de Juntas Vecinales, cree que el ‘pésimo’ sistema de salud en Bolivia y la poca cultura de los bolivianos para seguir un tratamiento médico, como lo recomienda el especialista, alejan a los pacientes de los hospitales y prefieren la automedicación que muchas veces no causa el efecto esperado.

“Uno tiene que madrugar en los hospitales en interminables filas por un especialista. Con suerte llega a obtener una ficha, pero muchas veces no. Entonces, la gente se cansa y por eso va a una farmacia y compra medicamentos”, expresó Rivera.

El director del Sedes recalca que no se debe estimular la automedicación, salvo cuando el paciente ya conoce su enfermedad y ha tenido una consejería médica anterior. “Siempre vamos a estar expuestos a las reacciones a los medicamentos. Existe un riesgo, incluso con la medicación hecha por un médico”, añadió Ríos.

Se compran recetas a medias

Ante la pregunta si compran la receta, respetando la cantidad y la calidad de los remedios prescritos, un 68% de los sondeados respondieron que sí. Un 32% dijo que no y lo atribuyó a diversos factores.

De ese 32%, un 17% reveló que compra a medias la receta por falta de dinero; un 4% considera que con parte de la receta es suficiente para mejorarse, otro 4% no compra porque prefiere un remedio casero y un porcentaje menor expresa otros motivos.

“La falta de cultura en la salud y de recursos económicos hacen que uno no compre una receta completa. A mí, no hace mucho, me recetaron unas tabletas para la próstata que costaban Bs 1.500. Como no tenía ese monto solo compré la mitad”, aseguró Omar Rivera. Cada cruceño invierte un promedio de Bs 309 al mes en fármacos.