La campaña continúa hoy y esperan que más internas de Palmasola se animen a optar por el dispositivo intrauterino o por el implante subdérmico. La ministra Montaño se hizo presente y le pidieron ítem de ginecólogo

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24 de julio de 2019, 4:00 AM
24 de julio de 2019, 4:00 AM

Las 384 privadas de libertad del PC-2 de la cárcel de Palmasola tienen desde ayer, la posibilidad de colocarse un dispositivo intrauterino (T de cobre) o un implante subdérmico (barra delgada, flexible y del tamaño de un fósforo que se inserta bajo la piel del brazo), aprovechando la campaña de anticoncepción que inició el Ministerio de Salud. Ayer solo 55 se anotaron para solicitar alguno de los dispositivos anticonceptivos, según la doctora Carla Guzmán.

Las necesidades ahí adentro son muchas, pero la urgencia de contar de nuevo con un ginecólogo (dicen que hubo uno hasta marzo) es lo que apuntan reiteradamente las internas. La población carcelaria femenina tiene a disposición un microhospital donde las dolencias más recurrentes que se atienden son vesícula, enfermedades respiratorias, caries dentales, micosis (hongos en la piel) y candidiasis vaginal (hongos en su parte íntima). Las atenciones las hacen los ocho médicos en total de todo el régimen penitenciario, que se dividen para atender los diversos pabellones.

“Estamos en un lugar en el que no podemos pensar en concebir un hijo. También somos propensas a enfermedades... estamos presas, pero eso no nos priva del derecho a la salud”. Con esas palabras Katherine Capobianco, regenta del PC-2, intentó alentar a que más internas se animen a acercarse para informarse sobre los dispositivos para prevenir la concepción de un hijo y tomen la decisión de optar por algún método anticonceptivo.

Sus rostros estaban cubiertos a medias, tal vez porque hacía frío y un viento helado cruzaba el coliseo en donde estaban, o porque era mejor mantener el anonimato porque había ahí algunas cámaras. También puede ser que les daba vergüenza recibir instrucción sobre cualquier tema que tenga que ver con sexo. Cuando se les preguntó cuál de las tres hipótesis era la causante de las mantas en la cabeza y el rostro, dijeron que las tres.

¿Todavía es tabú hablar de métodos anticonceptivos? Al parecer sí, no por nada la ministra Montaño manifestó: “Espero que muchas se animen a ser parte de este programa. No se trata solo de prevenir embarazos, sino también del derecho a decidir por nosotras mismas; no necesitan permiso de sus parejas. Además, con esto se previene enfermedades, una de ellas el cáncer de cuello uterino, que es la primera causa de muerte dentro de los cánceres, en Bolivia”.

Por su parte, la doctora Mariela Becerra aseguró que los dos métodos puestos a disposición son de larga duración, que garantizan de cinco a 12 años de protección.

Otra cosa es adentro

La regenta Capobianco, abogada de profesión, no era ajena a la realidad del PC-2 justamente por su oficio, pero ahora que está del otro lado del muro, con detención preventiva por el caso del asesinato del abogado Herrera, asegura que otra cosa es estar “en los zapatos de las compañeras” y que las necesidades son tantas, pero que un ginecólogo en el PC-2, es muy necesario.

Las privadas de libertad aprovecharon la visita de la ministra para distenderse. Prepararon un par de números artísticos y hasta rieron a carcajadas con una parodia del tema musical Viejo verde porque han aprendido a buscarle el lado más amable a su realidad, una que por ejemplo pide algo tan básico como un ítem para ginecología.