El torneo mundial se realizará en la ciudad de Cluj-Napona, con la participación de, al menos, 600 estudiantes de secundaria de 110 países. Los bolivianos esperan mejorar la actuación que tuvieron en 2017

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10 de junio de 2018, 4:00 AM
10 de junio de 2018, 4:00 AM
Seis adolescentes bolivianos con mentes extraordinarias para la matemática medirán sus formas únicas de pensar con ‘monstruos’ de la lógica en la 59.a Olimpiada Matemática Internacional para estudiantes de secundaria (IMO, por sus siglas en inglés), a celebrarse del 3 al 14 de julio en la ciudad de Cluj-Napoca (Rumania).


José Manuel Guerra Colque (17), Diego Chumacero Carvallo, Diego Cazón Tejerina (18) y Denis Arancibia (17), de Chuquisaca; Sebastián Valentín Paniagua Gutiérrez (17), de Cochabamba; y Jocelyn Calderón Calderón (17), de La Paz, son los talentos que aspiran a obtener medallas o cuando menos menciones de honor resolviendo teoremas: verdades demostrables a las que contendores de Corea del Sur, EEUU y China llegan más rápido en las olimpiadas por su mayor desarrollo pedagógico en el campo de las operaciones lógicas.


La escuadra nacional va con la expectativa de mejorar su actuación del año pasado en Brasil, donde rozaron el bronce y obtuvieron cuatro menciones honoríficas para clasificarse en el puesto 94 del mundo, una posición aceptable, considerando las grandes diferencias de la educación de Bolivia con países de la élite

mundial.


Talento y experiencia


“Frecuentemente los ganadores de las olimpiadas son personas de ojos rasgados: chinos, coreanos, japoneses e incluso de EEUU. En foros de matemáticas, en las delegaciones se preguntan ¿quiénes ganarán este año: tus chinos o nuestros chinos?, en razón a que muchos estudiantes chinos naturalizados participan como estadounidenses en la competición”, dijo José Manuel Guerra, que cursa el primer semestre de Ingeniería Civil en la UPSA.


Diego Chumacero afirma que nunca antes Bolivia tuvo un equipo de nivel tan alto para las matemáticas puras, puesto que tiene roce internacional. “Esperamos obtener medallas de bronce, pese a las diferencias con otros competidores”, indicó Chumacero, de la promo del colegio Alexander von Humboldt, de Sucre.


Jocelyn Calderón, del sexto de secundaria del Vida y Verdad de La Paz, considera que están mejor preparados que el año pasado para cumplir un papel destacado, aunque prefiere no causar falsas expectativas, teniendo en cuenta el alto grado de competitividad de sus rivales, que tienen acceso a información clave para resolver enunciados teóricos complicados. 


El año pasado al equipo nacional le tocó tratar de descubrir la distancia entre un cazador y un conejo invisible a través de un artefacto rastreador. “Para muchos este teorema no tiene aplicación, pero es interesante comprobar cómo es posible encontrar la solución. Ese problema fue resuelto por cinco personas, de las 600 que participaron”, explicó Guerra. “Ganar una medalla sería bueno, es difícil, pero no imposible”, manifestó Sebastián Paniagua, del colegio San Agustín de Cochabamba.
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