En los centros de aglomeración de personas a simple vista hay medidas preventivas contra el fuego, pero para los expertos faltan controles y conciencia para que no lo hagan solo por obtener autorizaciones, sino por una cultura de seguridad  

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2 de abril de 2018, 6:00 AM
2 de abril de 2018, 6:00 AM

A raíz del último incendio registrado en el Shopping Fidalga, el quinto en 12 años en esta cadena de supermercados, un recorrido por escenarios donde hay aglomeración de cientos de personas en la capital cruceña, como supermercados, salas de cine, centros comerciales, teatros e iglesias, permitió observar que, en distintos grados, cuentan con extintores, hidrantes, detectores de humo, alarmas y salidas de emergencia como medidas de seguridad contra incendios. 

Los administradores de algunos de estos locales aseveran que cumplen con todas las normas y que realizan capacitación a su personal con todas las normativas que deben ser controladas por Bomberos de la Policía y el municipio. 

Sin embargo, si bien lo que se aprecia a simple vista puede dar la sensación de ‘prevención’ y cumplimiento de las normas, para los expertos no es así, pues consideran que se lo hace ‘a la boliviana’, con lo básico para tener permisos, poder construir y funcionar.

A simple vista
Tanto en el Mall Ventura como en Las Brisas y en Ciudad Indana, se pueden apreciar más de una decena de extintores, alarmas y mangueras en cada nivel y que la cantidad de estos dispositivos se duplica en los patios de comida. 

Aunque los administradores de estos tres centros evitaron dar una información oficial sobre las normas y procedimientos que siguen, algunos trabajadores explicaron las capacitaciones y controles que existen. Una cajera de un restaurante manifestó que dos veces al año reciben instrucción en el manejo de extintores y que una empresa privada se encarga de la recarga y prueba de estos equipos. Otro funcionario señaló que tanto la empresa para la cual trabaja como la administración del centro comercial realizan controles de limpieza de las cocinas. 

Asimismo, un joven cocinero comentó que, luego de lo ocurrido en Fidalga, les habían “llamado la atención” cuando ingresaron a revisar la ‘campana’ de su cocina y porque sus extintores no eran los adecuados. De ocho trabajadores sondeados en los patios de comida, seis dijeron sentirse seguros de poder resolver una situación de incendio usando los extintores, aunque solo dos pudieron explicar paso a paso cómo debían proceder. 

En los supermercados Hipermaxi y Tía no tuvieron reparos en mostrar sus ambientes. Martha Romero, encargada de sala de la sucursal de Tía en Ventura Mall, mostró en un recorrido los más de 12 extintores, los tres hidrantes y las dos salidas de emergencia con que cuentan e indicó que las capacitaciones las reciben de parte de la Policía en el Gacip, cuyas instalaciones son colindantes al mall.  

Asimismo, Bárbara Cronenbold, gerente de marketing de Hipermaxi, donde se pueden apreciar extintores en cada pasillo (sucursal de Las Brisas), destaca que en toda la cadena cuentan con material antiinflamable en los techos y capacitación constante a sus empleados.  Por su parte, Mairón Terán, jefe de operaciones de Multicine, destacó que, por su sector, el personal también está capacitado para evacuar a los clientes.  

La administradora del condominio Lares del Parque, que hace dos años sufrió un incendio en el piso 12, señaló que este se pudo sofocar gracias a la red húmeda con que cuenta el edificio. 

Mucho por mejorar

Enrique Bruno, secretario de Seguridad Ciudadana de la Gobernación, señala que cada empresa e institución debe contar con su plan de emergencia y evacuación y que, además de las capacitaciones, debe realizar dos simulacros al año, pero “muy pocas empresas lo cumplen”.  

De igual forma, Roxney Borda, jefe de la Dirección de Emergencia Municipal (DEM), señala que la falencia principal está en el cumplimiento de simulacros y mantenimiento de equipos como rociadores húmedos, sensores de humo, extintores y otros. 

Conocedor del tema, Rolando Schrupp, expresidente de la Cámara de la Construcción,  hace una analogía: “El cumplimiento de normas de seguridad contra incendios es como la inspección vehicular”, señala haciendo relación a que se dan autorizaciones pero, según él, no se cumplen normas. Por ello, recordó que en su momento, a través del comité de riesgo, se propuso crear una central de riesgo. “La Gobernación puede asumir el control exigiendo que las empresas que atienden al público presenten pólizas y que las aseguradoras sean las que midan los riesgos con peritos y brinden incentivos bajando sus primas a medida que mejoren sus condiciones de seguridad”, propuso.  

Escenarios más ‘añejos’ también tienen lo mínimo
En menor escala, edificaciones más antiguas tratan de tener lo mínimo indispensable para prevenir desgracias con fuego. La coordinadora de la Casa de la Cultura, Daniela Maymura, mostró los extintores en la sala de teatro y las oficinas y recordó que se cambió la instalación eléctrica en la última remodelación de la ‘Casa’ hace 10 años. 

En la iglesia La Mansión, donde el techo es de cañahueca y los asientos de madera, en 37 años nunca han tenido percance de fuego, asegura Venger Cruz, encargado de mantenimiento. Solo hay tres extintores en toda la iglesia, pero tienen 31 de salida y un hidrante. 

Asimismo, en el teatro René Moreno, Emilio Pedriel señala que la empresa encargada de los extintores le brinda capacitación cada seis meses y que ha realizado otros cursillos particulares. Este teatro tiene dos salidas, además de la principal.