La causa radica en que la alcantarilla no tiene capacidad para soportar el embate de las aguas que llegan desde Pozo Colorado, Surutubia y Villa Guadalupe, que se salen de sus cauces e invaden Chaúpa, que se desborda y afecta a una parte del pueblo

El Deber logo
14 de enero de 2018, 20:21 PM
14 de enero de 2018, 20:21 PM

Por la quebrada Chaúpa, a 1 kilómetro al sur de Porongo (19 kilómetros al oeste de Santa Cruz), solo corre agua cuando llueve.

La corriente baja del parque Amboró por las quebradas Pozo Colorado, Surutubia y Villa Guadalupe y, hasta hace cinco años, convergía en el río Piraí. Desde entonces ya no ocurre así. Las torrentosas aguas han tapado en tres ocasiones con sedimentos, piedras y palos la estrecha alcantarilla que está en la antigua ruta a Porongo, provocando situaciones de emergencias a poco más de 50 familias que habitan ese sector y hasta de desastre en algunos casos, por la pérdida de heladeras, colchones, alimentos y otros arrastrados por la corriente.

Eso fue lo que ocurrió ayer como consecuencia de la intensa precipitación pluvial que se registró en la madrugada. De acuerdo con el informe de meteorología  de El Trompillo, cayeron 100 litros por metro cuadrado. En Aasana Viru Viru se informó de 118 litros por metro cuadrado. La lluvia fue considerada fuerte.

El agua cubrió con más de medio metro de altura la vivienda de Gary Justiniano, quien desde muy temprano se movilizó avisando a los medios de comunicación de Santa Cruz para llegar así a las autoridades, clamando auxilio.

Debido al peligro que representaba la crecida de la corriente, que como un río ocupó la avenida 24 de Junio, los vecinos le ayudaron a la señora Lola Vilche a cortar la corriente eléctrica en su domicilio.

La ambulancia por media calle anegada por el agua. Foto: Hernán Virgo

Luego se efectuó la misma operación en otras casas, en tanto la gente abandonaba sus viviendas para apostarse en el coliseo, también denominado 24 de Junio, que por su altura es un lugar seguro, protegido contra inundaciones.

En el coliseo, al mediodía, un grupo de familias preparó sopa de maní para los damnificados que se refugiaron en ese sitio.

La inundación ocurrida ayer “es algo recurrente, solo que ahora tiene el impacto de desastre”, mencionó la concejala María Bazán, destacando la importancia de que se construyan defensivos en la parte alta de la quebrada Chaúpa y también un puente de amplia estructura en el sitio donde está la pequeña alcantarilla.

Fernando Jordán y Zulma Saavedra indicaron que la inundación no es solo producto de la intensa lluvia y de la postergación en la toma de definiciones para construir el puente. Atribuyeron culpa a decenas de familias que tienen terrenos cerca de las quebradas Chaúpa, Pozo Colorado, Surutubia y Villa Guadalupe que han afectado al cauce natural de las corrientes pluviales botando basuras en esos sitios.

“Si todos nos unimos y permitimos que la corriente pase por nuestro terreno como era antes, esto no iba a pasar. Yo propuse esto, pero como nadie me escuchó, vendí mi lote para no padecer esta consecuencia. Me mudé a otro sitio, donde creí que estaba seguro, pero ahora también ya está lleno de agua”, indicó Jordán.

Un tractor de la Alcaldía de Porongo luchaba contra la corriente para destapar la alcantarilla. Luego abandonó la tarea, a la espera de que bajen las aguas. Una ambulancia llegó anunciando su presencia con su sirena para llevar al hospital a un niño que se puso mal de salud en el coliseo. Todos esperan que la situación hoy vuelva a la normalidad. Pero las consecuencias de la humedad les pasaron factura a varias viviendas, cuyas paredes con evidentes signos de rajaduras amenazan con caerse; esa es la situación de la casa de Maida Vilche.

“A tiempo despertamos para salvar los muebles que estaban siendo arrastrados por las aguas turbias. Subimos la heladera y la cocina a una mesa. Nuestra comida se perdió. Es como empezar de nuevo”, indicó Maida.

Ayer por la mañana, era un riesgo caminar en medio de la corriente por la calle enladrillada 24 de Junio. Mucho más acudir hasta el sitio de la alcantarilla.

Un agricultor que llegó al coliseo dijo: “No es la primera vez que la quebrada rebalsa, sin embargo, nunca produjo un daño tan grave como este, como el ocurrido hace una semana, y como el que pasó hace cinco años en pleno Carnaval”.

Y mientras esto se vivía en el lado sur de Porongo, en el corazón del pueblo, en la plaza, decenas de agricultores lamentaban que la lluvia frenó la realización de la décima feria del achachairú.

Gobernación evalúa impacto del desastre

La Gobernación cruceña desplazó hasta la quebrada Chaúpa a técnicos tanto del Searpi como del Servicio Departamental de Caminos, además de un equipo de rescate, para evaluar el impacto del desastre.

El secretario de Seguridad Ciudadana de la Gobernación, Enrique Bruno, reportó que “una palizada trancó el canal de la quebrada, lo que provocó el rebalse (…), decenas de familias fueron afectadas por las aguas que ingresaron a sus viviendas (...). Una vez las aguas bajen, la maquinaría ingresará a canalizar este cauce”.

Pidió prudencia a los conductores de vehículos, con la recomendación de no ingresar a ese sitio ni pasar por el río Piraí, por el riesgo de una crecida de nivel.

Para saber

Ríos Surutú y Espejos
El responsable de Hidrología del Searpi, Ernesto Arnez, informó que debido a las lluvias en el departamento ocurrieron crecidas extraordinarias en los ríos Surutú y Espejos, que tienen sus nacientes en el Parque Amboró, donde se registraron puntualmente fuertes precipitaciones. 
En los valles cruceños
La lluvia cayó de forma intermitente desde las 02:30 hasta las 11:00 de ayer. Se esperan informes de la situación vial, informó el periodista Juan Carlos Aguilar.
En el norte integrado
La pavimentación del tramo San Pedro–La Planchada–La Balanza, que ejecuta la Gobernación, está paralizado por las lluvias caídas en el norte cruceño.