En la audiencia, el expolicía no negó ni aceptó ser el autor del crimen del abogado Herrera, se contradijo y trató de librar de culpa a Katherine Capobianco. Para la Fiscalía, hay indicios claros contra ellos

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10 de febrero de 2018, 7:00 AM
10 de febrero de 2018, 7:00 AM

Cuando estuvo frente al juez Juan José Subieta, el ex policía paraguayo Freddy Ariel Galarza Duarte no negó ni confirmó explícitamente que mató al abogado Julio César Herrera Bassta y dio versiones que el Ministerio Público calificó como incoherentes y que se derrumban por los indicios y evidencias presentadas en su contra sobre la autoría de ambos. 

Cuando el juez Subieta en cumplimiento de la norma le dio la palabra para que haga su defensa material, el ex policía paraguayo esgrimió como coartada que un amigo brasileño le había presentado al abogado Herrera y que este, supuestamente, le debía un monto considerable de dinero que le entregó para invertir en bienes raíces y otros negocios. Así también afirmó que la abogada Katherine Capobianco no tenía nada que ver con la deuda.

Luego hizo lo que puede considerarse una confesión implícita: “Señor juez, yo no lo maté por la deuda de la abogada, ella no tiene culpa, solo es parte de un daño colateral”, y también señaló: “Era la vida de él o la mía”, tratando de justificar el hecho y ratificando a su vez una deuda de dinero. 

A su vez, Capobianco, que compareció en la audiencia con la cabeza cubierta con un ‘canguro’ color rosado, solo se limitó a decir: “Señor juez, soy inocente”. 

La comisión de fiscales, integrada por José Parra, Yolanda Aguilera y Margoth Vargas, imputó a los aprehendidos por delito de asesinato en grado de autoría y luego de dos horas y media de alegatos, el juez determinó enviarlos a la cárcel de Palmasola.

Allanaron bufete de la abogada
Los fiscales presentaron como pruebas ante el juez los elementos materiales usados para el crimen, como la mochila, un martillo, un cortaplumas, una polera y gorras del autor del crimen, lo cual fue colectado pocos días después del hecho. 

Pero además aportó los documentos clave para descubrir el hecho y sustentar la hipótesis de que el móvil del crimen fue el intento de salvar una deuda que la abogada Capobianco tenía con una cliente de Herrera. 

La deuda era de $us 20.000, que con intereses había crecido a $us 27.000 y por la cual ya había una orden judicial de rematar la casa de Capobianco. 

Los fiscales requisaron el bufete de la abogada y en su cartera hallaron el memorial que presentó ante la justicia un día después de la muerte del jurista Julio César Herrera, en el que supuestamente se condonaban los intereses y se facilitaba el pago de la deuda en cuotas. Tenía la firma y sello falsificados del abogado Herrera y la firma también adulterada de la acreedora. 

Videos de distintas versiones
Ayer circularon por medios de comunicación videos con versiones contradictorias del paraguayo. En el primero, interrogado por un civil, negaba haber cometido el crimen y luego que se ocultó porque creía que lo podían culpar a él. 

En otro, que fue proporcionado por la Policía, admitía el hecho y daba detalles de cómo lo cometió. 

Los familiares de la víctima evitaron el contacto con la prensa y dar declaraciones; sin embargo, a través de una red social, su hija escribió: “Que el buen nombre, el honor y la imagen de mi padre quede intacta como siempre lo fue, que no se atrevan a decir nunca algo malo de él”.