Realizaron dos atracos antes de matar a Rodrigo Ribera y vender su teléfono en Bs 200. Fueron condenados a 30 años de cárcel

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13 de junio de 2018, 6:00 AM
13 de junio de 2018, 6:00 AM

Quien adquiere un teléfono de dudosa procedencia puede convertirse en cómplice de un crimen y, a la vez, el rastreo de estos aparatos por parte de la Policía, puede permitir resolver crímenes. 

El director de la Felcc, Gonzalo Medina, explicó que las cámaras de seguridad que registraron el crimen de Rodrigo Ribera Subirana  fueron clave para que la Policía detectara el teléfono cuando fue encendido, además de que la mujer que lo adquirió en Bs 200, reportó el hecho luego de ver la foto del infortunado en el aparato. Esto permitió dar con Carlos Cruz Aguilera (autor) y José Ángel Durán Apaza (cómplice), quienes se sometieron a un proceso abreviado y fueron condenados a 30 años de prisión, sin derecho a indulto ayer. 

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Como referencia se tiene el asesinato de Jesús Cañisaire y Carla Bellot en La Paz, cuyos teléfonos  robados fueron rastreados y quienes compraron los aparatos fueron aprehendidos y procesados. 

Medina señaló también que los dos sujetos realizaron otros dos atracos antes de quitarle la vida a Ribera, intercalándose para conducir y para atracar, dijo Medina. 

A su vez, el comandante Alfonso Siles destacó que las cámaras de seguridad permiten identificar y resolver crímenes como el de Ribera o del piloto Pablo Suárez. Por ello, indicó que hace falta hacer mantenimiento y habilitar el 20% de las 396 cámaras que monitorea la Policía y ponderó que la población colabora con sus cámaras privadas. Como ejemplo, dijo que el crimen del piloto fue grabado por cámaras privadas pues la pública que está en la zona no funciona. 

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