Los docentes urbanos aseguran que los sueldos siguen siendo bajos, pese a que han obtenido una licenciatura. El sector se declaró en movilización permanente

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4 de abril de 2018, 5:00 AM
4 de abril de 2018, 5:00 AM

Marcia Orellana, profesora de primaria, con más de 12 años de trabajo y título a nivel licenciatura, no olvida el día en que, haciendo un trámite, un funcionario público vio su boleta de pago y preguntó: ¿Y le alcanza para vivir? “Hago lo que puedo”, fue la respuesta de la maestra aquella vez, lo que compartió ayer con sus colegas, antes de sumarse a las medidas de presión que inició el sector por mejoras salariales, ítems y mayor presupuesto para la educación.

Orellana contó que hace varios años, y cuando aún estaba en la categoría quinta, se vino a la ciudad, dejando de percibir un sueldo de Bs 2.000, con 100 horas de trabajo, en el área rural para ganar solo la mitad en el área urbana, con 72 horas. Después de muchas gestiones y de haber aprobado los exámenes de ascenso que le permitieron subir a la categoría tercera, la maestra logró un sueldo de Bs 4.000 con 104 horas de clase. 

“No es suficiente, si consideramos que el costo de vida se ha elevado mucho y que todos los maestros hemos tenido que cursar el Profocom para obtener una licenciatura”, afirma Orellana. 

El dirigente máximo de los maestros urbanos, Saúl Ascárraga, asegura que la formación docente, que con la nueva ley educativa exige una licenciatura, no está siendo acompañada con mejoras salariales y que la situación del maestro boliviano no ha cambiado.

Manifiesta que muchos maestros urbanos siguen trabajando con 72 y 80 horas de clase y los sueldos son bajos, por lo que el sector busca una nivelación a, al menos, 96 horas para que los ingresos de los profesores mejoren.

De acuerdo con Ascárraga, un  maestro recién egresado (categoría quinta), con 72 horas de trabajo, percibe un sueldo de Bs 2.200 y solo con 30 años de trabajo logra duplicar su salario.

Medidas de presión

Precisamente, buscando mejoras salariales y la atención a otras demandas, el sector se declaró en movilización permanente y decretó un paro de 24 horas, que se cumplirá mañana.

Las medidas fueron resueltas en una asamblea general, realizada ayer en el coliseo del colegio Nacional Florida. Posteriormente, diez maestros, a la cabeza de Ascárraga, se declararon en huelga de hambre seca, haciéndose tapiar en pequeños ambientes encerrados con muros, construidos fuera de su sede sindical, ubicada en la calle La Paz. 

Los manifestantes aseguran que no levantarán la extrema medida hasta conseguir la atención a sus demandas.

El subdirector de educación regular, Víctor Galarza, calificó  las medidas de “apresuradas” y volvió a pedir a los docentes que no perjudiquen a los estudiantes con la suspensión de clases. Galarza recordó que la inasistencia a la fuente de trabajo es sancionada con descuentos en el salario. 

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