Su mamá dice que ninguna autoridad del Gobierno le preguntó si necesitaba algo

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18 de septiembre de 2019, 4:00 AM
18 de septiembre de 2019, 4:00 AM

La madre del bombero voluntario Pablo Miguel Suárez Núñez, quien sufrió una descompensación y posteriormente falleció de un infarto en los incendios de la Chiquitania, reveló que nadie del Gobierno se contactó con ella para ayudarla o ver si necesitaba algo. “Estoy sumamente abandonada, el Gobierno para nada se ha manifestado, ninguna autoridad se ha manifestado”, lamentó Beatriz Núñez.

No obstante, Núñez aclaró que no quiere politizar la muerte de su hijo por respeto a su memoria. “Estoy muy dolida”, subrayó.

“Para mí ha sido lo peor que me ha pasado en la vida”, aseguró la mamá del ingeniero civil fallecido, que nació en Riberalta (Beni) y vivió la mayor parte de su vida en La Paz.

“El momento que recibí la noticia del señor (Rubén) Costas, para mí se me cayó el mundo, fue terrible”, atestiguó la mamá.

“Yo no he perdido una casa, no he perdido un auto, no he perdido un mueble. Una vida es irreversible. Eso quiero que quede bien claro”, agregó la mujer.

Núñez también reflexionó sobre el reciente desastre que todavía afecta a zonas boscosas y pastizales del país y advierte: “Yo quisiera, sin politizar, sin echar la culpa a nadie (...) los incendios no han sido creados por la naturaleza”, afirmó.

En este sentido, cuestionó la manera cómo se manejó la emergencia que pudo haber influido en la muerte de su vástago. “Conociendo ya las versiones que han llegado desde allá, pienso que ha habido una total desorganización, una total precariedad”, acotó.

Sobre las condiciones en las que trabajaron los voluntarios señaló que “por lo menos debería haber un médico” con ellos.

“Mi hijo fue como guardián de los demás”, recordó acongojada.

En lo que va de los incendios forestales que azotan la Chiquitania, cuatro bomberos voluntarios han perecido, siendo uno de ellos Pablo Miguel Suárez./Erbol