Hay tres frentes de incendio en la capital de Ñuflo de Chávez. Ayer trabajaron 700 voluntarios y el pueblo se llenó de donaciones. La falta de agua complica

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2 de septiembre de 2019, 4:00 AM
2 de septiembre de 2019, 4:00 AM

Un buen asao en olla levanta los anímos de los jóvenes que pelean contra el fuego en Concepción. Ayer al mediodía, más de 300 jóvenes se pusieron a cantar después de almorzar en el comedor que Calienta Corazones ha instalado, con ayuda de los víveres mandados desde Santa Cruz, en el colegio Fe y Alegría Guadalupe. La solidaridad tuvo muchos rostros en la capital de la provincia Ñuflo de Chávez, durante este fin de semana. Con ellos llegaron cientos de voluntarios que permitieron a la Gobernación y al Gobierno contar con más de 1.000 efectivos desplazados en el campo.

Las entidades gubernamentales también se organizaron mejor. El sábado crearon dos comandos de incidentes, uno aéreo a cargo de las Fuerzas Armadas y otro terrestre, coordinado por la Gobernación. Esto permitió reducir los frentes de incendios a tres: La Morita-Palestina, Monteverde y La Locura-San Javier.

“No podremos ir a pelear contra el fuego, pero sí podemos colaborar de esta manera”, dijo Gladys Echenique, una de las voluntarias.

En el campo

Cada vez los incendios están más dentro del monte. Las cicatrices de las quemas se ven por doquier, al igual que el oportunismo de ganaderos y comunidades que han hecho oídos sordos a la pausa ecológica y han quemado cordones de desmonte en los últimos dos días. Hay comunidades con pastos naturales que han ‘renovado’ potreros con el fuego. Asimismo, grandes extensiones de monte que han sido ‘alivianados’ por las llamas. Eso ha complicado más el trabajo de los voluntarios, porque además de de las llamas y el viento que atiza los palos, deben cuidarse que un árbol no les caiga en la cabeza.

Ayer, en Monteverde, diferentes cuadrillas trataban de adelgazar un incendio para confinarlo a un solo cuadrante. Ese foco había comenzado por un chaqueo mal hecho de menos de una hectárea.

Además, los incendios de La Morita y la Comunidad de Palestina se volvieron uno solo, pero el trabajo de los bomberos logró que sea menos amplio. Según Herland Soliz, comandante de incidentes de tierra, la intención es achicar la cola de los fuegos para que no se salgan de control. Igual admitió que el cambio de vientos, de norte a sur, ayudó a que la situación mejore. Ahora, el riesgo mayor es el inicio de la semana. Muchos de los voluntarios comenzaron a volver a sus ciudades.