La perspectiva de los cañeros es cultivar, en 2019, 188.000 hectáreas. La siembra de este año alcanzó a 153.312 ha, considerada un récord. El objetivo es llegar a más de 300.000 ha en 2025

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4 de junio de 2018, 7:34 AM
4 de junio de 2018, 7:34 AM

El sector cañero está imbuido de optimismo por la seguridad de tener, de aquí en adelante,  una creciente y progresiva demanda de sus cosechas, y por eso comenzó a ejecutar su plan de ampliación del área destinada a la siembra de la caña de azúcar.

La seguridad de esa demanda está sostenida por el programa Bolivia en la era de los biocombustibles, que el Gobierno y la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz lanzaron para impulsar la producción de alcohol anhidro (etanol) con el objetivo de ser mezclado como aditivo con la gasolina.

Con este proyecto público-privado se estima una producción de 380 millones de litros de etanol hasta 2025 y una inversión privada del complejo cañero-azucarero de $us 1.600 millones.

Todo esto incentiva mucho más el optimismo de los productores que fue manifestado la semana pasada en el inicio de la zafra donde se cosecharán 153.312 hectáreas (ha) de caña. La perspectiva de los cañeros es cultivar, en 2019, 188.000 ha y llegar a más de 300.000 ha en 2025.

Estas previsiones fundamentadas en la certeza de tener un mercado asegurado que se dio tras la noticia de la incursión de los ingenios a la producción de etanol, fue el eslabón que unió las voluntades de los productores y los motivó a que, por primera vez en la historia de la industria azucarera regional, se haya plantado 32.125 ha de caña nueva.

De esta manera la caña, que fue uno de los puntales en la producción agrícola del departamento cruceño, hasta que se produjo el boom en el cultivo de las oleaginosas, ahora revive como la niña bonita de los agricultores y de los ingenios.

“Ahora hay que actuar en lo que corresponde a la renovación de los cañaverales. Eso es una necesidad de alta importancia que se tiene que atender con urgencia”, manifestó Piedades Roca, titular de la Asociación Nacional de Cañeros (Asocaña).

Explicó que se entiende por renovación de cañaverales cuando se hace un reemplazo total de la caña desde el tallo.

Normalmente el tiempo de vida útil del cultivo es de cinco años, luego de ese periodo baja el rendimiento de la sacarosa de la caña.

Piedades calificó al etanol de caña como “nuestra única salida para el crecimiento sostenido en el sector cañero, ya que, generalmente, tenemos excedente de azúcar y el mercado interno está saturado por importaciones. El Gobierno tiene, no solo que alentar la producción del etanol, sino también  brindar incentivos, como ser financiamientos y liberación de importaciones de maquinaria, entre otros”.

El director ejecutivo del Centro de Investigación Tecnológica y de Transferencia de la Caña de Azúcar, Carlos Costas, destacó que la “lógica ampliación de la producción de caña”, que tendrá impacto en los productores, industrias, y comercializadores, traerá consigo “una progresiva demanda de semillas, y para ello tenemos que prepararnos. Contamos con buenas variedades en nuestros campos de pruebas”.

La variedad que más se cultiva en el departamento es la RBB7726, que en la presente zafra corresponde a 71.101 ha, equivalentes al 47,3%, seguida por la UCG (27%) y NA5626 (11%), como se observa en el cuadro de al lado.

El presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, Luis Barbery, indicó que la producción de etanol  es un “círculo virtuoso que garantiza el abastecimiento de azúcar, apunta a la diversificación de la matriz energética con un producto muy amigable con el medioambiente”.