La ganadería regional se incrementó cuantitativamente y también aumentó su calidad en virtud al mayor control y cuidado que se le asigna a la alimentación de los hatos, sobre todo de los ejemplares mejorados genéticamente. Los novillos ahora se pueden faenar a los 18 meses

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5 de febrero de 2018, 6:50 AM
5 de febrero de 2018, 6:50 AM

Es un hecho incontrovertible que el recurso forrajero es fundamental y determinante en la actividad pecuaria para aumentar la producción de leche y mejorar la calidad de la carne. Eso está comprobado.

El forraje, explica el agrónomo Miguel Aguilera, es todo alimento de origen vegetal que sirve para la alimentación de los animales. Se trata de una amplia variedad de  pastos y de granos como el maíz y el sorgo entre los más populares.

“El ganado consume directamente estos cultivos recién cortados y picados. Se les puede añadir otras materias orgánicas y minerales para mejorar sus propiedades nutritivas. Se suelen combinar gramíneas y leguminosas para que los animales incorporen todas las proteínas que necesitan. La cosecha de forraje también se puede almacenar para época de ‘vacas flacas’ en forma de heno o ensilaje”, explica el jefe de la División de Nutrición Rumiantes de la empresa Unión Agronegocios, Ing. Felipe Mendieta Kramer.

El heno es una forma de conservar seco el forraje sin perder su calidad nutricional, lo que permite con mayor facilidad llevarlo a los lugares donde hay mayor requerimiento, como es el Chaco, o Cochabamba y La Paz, indicó el especialista en pastura y gerente de Todo Forraje, Ricardo Jiménez.

El ensilaje es un método para conservar el forraje almacenado en silos especiales, bien cubiertos. Se comprime totalmente el alimento con el fin de evitar el oxígeno que puede provocar descomposición.

Sin embargo, explica Mendieta, hay procedimientos que se deben cumplir para obtener un producto de excelente calidad. Para esto, “la materia a ensilar se debe cosechar en la etapa óptima de madurez para asegurar un máximo rendimiento y contenido nutricional”.

El profesional aconseja a los productores seguir los asesoramientos que existen en materia nutricional de rumiantes, no confundir paja con heno, y que en caso de ensilaje, “hacer lo correcto, paso por paso, cosechar a tiempo, picar debidamente, tapar y apisonar para sacar vestigios de oxígeno”.

Estos dos procedimientos, henolaje y ensilaje, se vienen extendiendo en el departamento cruceño, porque es una garantía de provisión de alimentos para bovinos en cualquier circunstancia, sea para animales en confinamiento en proceso de engorde para comercialización, o como producto de salvataje en época de sequía.

Superficie cultivada

No hay estadísticas actualizadas, pero, según las cifras que se mencionaron en la cuarta versión de la muestra especializada en forraje que el año pasado promovió la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), en el departamento existen 20.000 hectáreas de cultivos de granos y pastos para producir forraje.

El presidente de Fegasacruz, José Luis Vaca, indicó que en el departamento se produce al año más de un millón de toneladas (t) de forraje.

De esta cantidad, 800.000 t lo producen decenas de empresas que brindan este servicio, entre las que figuran, por mencionar a cinco proveedoras: Solfor, Todo forraje, Agroforraje La Quinta, Souza Netto agropecuaria y Total Pec

Las 200.000 t restantes la producen los ganaderos que cuentan con la maquinaria para procesarla, entre ellos los menonitas forman fardos de maíz y sorgo para su propio ganado y también para comercializar.

El presidente de la Asociación de Criadores de Cebú (Asocebú), Erwin Rek, sostiene que el sector pecuario “ha hecho carne” de la importancia de criar a sus animales con buena nutrición.

“Por eso ahora se destaca la ganadería cruceña, porque gracias a la alimentación cualificada que viene acompañando el mejoramiento genético, se cuenta con animales más grande y de alta calidad. En el último lustro el hato pecuario en el departamento se incrementó en más de un millón”, afirmó José Luis Vaca.