Algunos de los amenazados presentaron acciones judiciales para lograr un cambio de ambiente o una medida sustitutiva a la detención en la cárcel. Un taxista asegura que uno de los fugados lo quiso atracar

El Deber logo
8 de marzo de 2018, 6:00 AM
8 de marzo de 2018, 6:00 AM

Los internos que escaparon de la turba de presos que el lunes lideró un motín y propició la fuga de seis reos, cuatro de los cuales ya fueron recapturados y dos aún son buscados por la Policía, temen por sus vidas. El PC-6 o pabellón 33 donde ellos vivían, fue destrozado por los revoltosos que forzaron el ingreso de régimen abierto, por lo que ahora tienen que dormir en el piso del coliseo del pabellón de mujeres y usar ropa prestada, ya que sus pertenencias fueron saqueadas.

El representante nacional de la Defensoría del Pueblo, David Tezanos, visitó a los 48 reclusos, 10 que estaban en el área conocida como ‘El bote’ y 38 en el PC-6, y contó que ellos temen por sus vidas y que desconocían la razón del ataque al que fueron sometidos. EL DEBER conversó con familiares que los visitaron para llevarles alimentos y supo que la mayoría estaba con golpes en el cuerpo, pequeños cortes producidos por los alambres que tuvieron que detrozar para escapar de la turba y hematomas de algunas pedradas que recibieron cuando huían.


A decir de los familiares de la gente que teme una nueva arremetida sobre ellos, su suerte se complicó aún más cuando ayudaron a salir de su encierro a los 10 internos que estaban en ‘El bote’, espacio de castigo para reos que cometen una inconducta. 

De acuerdo con algunos informes extraoficiales, además de la protesta por la prohibición en el ingreso de los niños a régimen abierto, la intención del motín también era acabar con la vida de los castigados, entre los cuales está el recluso que abusó sexualmente de la niña de 8 años y que puso nuevamente el foco de atención en el penal de Palmasola.   

 


El director departamental de Régimen Penitenciario, Ivert Melgarejo, dijo que los ambientes que se dañaron están siendo refaccionados por los albañiles y señaló que espera que hasta la siguiente semana estos trabajos puedan ser concluidos. 

“No creo que haya pugnas de poder, porque si fuera así hubieran existido muertos”, afirmó Melgarejo y agregó que aún las investigaciones no permiten confirmar los móviles, “el informe policial es el que precisará esto”. 

Los testimonios

El capitán de Policía Javier Millán, uno de los 38 detenidos en el PC-6, contó: “todo el personal del pabellón 33 tuvimos que correr para salvar nuestras vidas, nadie respondía por nosotros. Hay gente lesionada pero no grave; son heridas con ladrillos, cortaduras con alambres por escapar por debajo de la malla. Era una muchedumbre tremenda; no los conocemos. ¿Por qué sucedió esto?, pues porque somos policías.

Afortunadamente no nos siguieron para atacarnos porque cuando huimos ellos se quedaron para saquear nuestras pertenencias. Estamos con ropa prestada, durmiendo en el piso del coliseo. Tememos por nuestras vidas”, aseveró Millán. 
 

El abogado Wálter Suárez, que defiende a cinco personas que estaban en el PC-6, indicó que sus clientes le contaron la violencia con la que actuaron los reclusos del PC-4 y que tienen temor por sus vidas, ya que hay afirmaciones que los colocan como los nuevos blancos de la violencia en el penal. Entre los afectados por el disturbio hay jueces, fiscales y policías, que se vieron involucrados en hechos delictivos, que analizan la posibilidad de plantear una acción judicial para que su vida no corra peligro.

De acuerdo con Suárez, se ha solicitado al tribunal que enjuicia a dos de sus clientes, la cesación a la detención preventiva debido a los riesgos actuales. También se piensa en interponer una acción de libertad por los hechos ocurridos.

Por la noche los 10 reclusos que estaban en ‘El bote’ y que huyeron junto a los reos del PC-6, fueron llevados a las celdas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) para resguardar su integridad y luego trasladarlos a otros centros de reclusión en el país. Así lo confirmó el comandante departamental de la Policía, Alfonso Siles, que indicó que se hizo esto por seguridad. 

Una denuncia

David Tezanos, defensor del pueblo, dijo en una entrevista a EL DEBER, que él tenía información de que los reos que están en el PC-4 lograron quitarle las armas a sus custodios y que estos equipos no habían podido ser recuperados por los agentes. 

El jefe policial cruceño, negó este extremo y afirmó que luego de un inventario realizado con el personal destinado a Palmasola, se pudo determinar que no había ningún revólver, pistola u otro equipo que estuviera considerado como desaparecido.