Un tío de la víctima dijo que no estuvo de acuerdo con la forma de proceder de los vecinos. Control social y pobladores de Tarope aseguran no saber detalles del hecho. La Fiscalía espera que con las pesquisas que se realizan se identifique a los autores 

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23 de noviembre de 2017, 4:00 AM
23 de noviembre de 2017, 4:00 AM

La muerte del joven Diego Fajardo, de 19 años, tras ser desconectado de un respirador artificial y de una bomba de infusión de medicamentos por un grupo de vecinos de Tarope (municipio de Cotoca), es investigada por el Ministerio Público por el delito de homicidio. Así lo afirmó la fiscal Yolanda Aguilera, quien indicó que la Policía trabaja para establecer las circunstancias del hecho e identificar a los partícipes del mismo para citarlos a declarar. 

El joven fue enterrado el martes, luego de fallecer minutos después de haber sido desconectado, señaló su tío José Luis Fajardo, quien relató que él había arreglado todo en el hospital Japonés para que Diego sea internado. Agregó que aunque los médicos le dijeron que su sobrino no tenía posibilidades de vivir, no aceptaba la forma en que los pobladores procedieron. 

El gerente de operaciones de la empresa Medicina Integral Activa (MIA), José Argandoña, señaló que denunciaron el hecho a la Fiscalía porque ellos estaban a cargo del paciente que les fue arrebatado de la ambulancia en el interior del hospital Japonés. 

Dicen no conocer pormenores
La jornada de ayer, EL DEBER acudió a la comunidad Tarope, en el kilómetro 13 de la carretera a Cotoca, y conversó con familiares, profesoras y vecinos de la víctima, además de representantes de Control Social y de la OTB. Todos manifestaron desconocer los pormenores del hecho. 

Solo el tío del fallecido dijo que conoce a los que la noche del lunes desconectaron a Diego, golpearon a los médicos y dañaron los equipos. Sin embargo, dijo que estos ayudaron económicamente (no especificó el monto) para que Diego sea operado de un aneurisma cerebral y que como familia no piensan querellarse contra ellos. 

El presidente de la OTB, Lucio Garrón, indicó que al saber del deceso del joven acudió al entierro con el subalcalde. “Los ‘comunarios’ que participaron del hecho nos dijeron que lo desconectaron porque el muchacho ya estaba sin vida”, señaló. Por su parte, Carlos Aguilera, presidente de Control Social de Cotoca, manifestó que conoció sobre el hecho a través de los medios de comunicación y que pedirá un informe a Garrón. 

Por otra parte, Argandoña detalló que el respirador automático, la bomba de infusión y un handy fueron dañados por los comunarios, mientras que José Luis Fajardo, aseveró que las personas que causaron los destrozos en la ambulancia se han comprometido a resarcir los daños.