El Sedes confirmó otros cuatro decesos por la gripe A H1N1, tres de los cuales tenían enfermedades de base. El Ministerio de Salud envió 200 tratamientos, mientras que la Gobernación comprará otros 100

El Deber logo
18 de abril de 2018, 4:00 AM
18 de abril de 2018, 4:00 AM

La epidemia de influenza que llega en plena temporada de calor se expande, ‘ensañándose’ con las personas con enfermedades de base. El Servicio Departamental de Salud (Sedes) confirmó ayer otras cuatro muertes a causa de la enfermedad, sumando a 11 las víctimas mortales en Santa Cruz, en lo que va del año. Los decesos están a punto de duplicar la cifra de fallecidos del año pasado, cuando se registraron seis.
Asimismo, actualmente seis personas con influenza reciben asistencia en terapia intensiva en distintos centros hospitalarios, tres de las cuales están en estado grave. 

El director del Sedes, Joaquín Monasterio, dio ayer un informe  sobre los nuevos casos y comportamiento de la epidemia, insistiendo en la recomendación de aplicar las medidas higiénicas de prevención y la importancia de buscar atención médica de forma inmediata. Esto considerando que la mayoría de las víctimas tenía enfermedades de base o eran niños y su condición se complicó porque buscaron asistencia médica de forma tardía. Según el Sedes, en estos casos es clave iniciar el tratamiento, a base del antiviral (tamiflú), dentro de las 48 horas de iniciados los síntomas. 

Las nuevas víctimas
Las víctimas son un padre, de 87 años, y su hijo, de 47 años, que vivían en Pucará; un hombre, de 45 años, que radicaba en Portachuelo; y otro hombre, de 71 años, que vivía en el Plan Tres Mil. 

Según las autoridades del Sedes, estas cuatro personas fueron afectadas por el virus A H1N1, el mismo tipo que también acabó con la vida de otras seis personas entre marzo y abril de este año. El caso del hombre, de 47 años, de Pucará no fue confirmado por laboratorio, pero el comité científico  determinó que la causa fue la influenza porque presentó los mismos síntomas de su progenitor.

El Sedes informó de que el fallecido de Portachuelo tenía diabetes e hipertensión y que al tener sus defensas bajas fue presa fácil de la influenza, mientras que el anciano, de 87 años, de Pucará sufría de hipertensión y chagas. Entretanto, el hombre, de 71 años, que murió en la ciudad capital padecía de hipertensión y artritis.

Garantizan el tratamiento

Las autoridades del Ministerio de Salud comunicaron el envío de 200 tratamientos para las personas que lo precisen, los cuales están disponibles en los centros hospitalarios, mientras que el director del Sedes informó de que la Gobernación cruceña autorizó la compra de otros 100 tratamientos a fin de garantizar su disponibilidad en el sistema público. 

Medidas de control

El director general de Servicios de Salud del Ministerio de Salud (Sedes), Rodolfo Rocabado, adelantó que hoy se tiene prevista una reunión de coordinación en Santa Cruz para fortalecer los protocolos de atención y las acciones de prevención y control, que son cruciales mientras llegan las vacunas contra la enfermedad. Las dosis estarán disponibles en mayo y no pueden llegar antes por temas ligados a la producción.

A su vez, el gerente de Epidemiología del Sedes, Roberto Tórrez, manifestó que se enviaron circulares a los establecimientos de salud recordando que deben cumplir con las medidas de bioseguridad, como el aislamiento de los pacientes con síntomas de influenza, el uso de barbijo, uso de alcohol en gel, entre otras medidas. “Esto significa que si un paciente es trasladado a otro ambiente para una radiografía u otro estudio se debe tomar la previsión de hacerlo con barbijo, que deben aplicar la desinfección de manos y que los pacientes con síntomas del mal deben estar en una sala común, aislados del resto”, explicó Tórrez. 

Las autoridades sanitarias insisten en que es clave el apoyo ciudadano en el control de la epidemia, a través de las medidas higiénicas (lavado y desinfectado de manos y toser en el ángulo del codo) y los filtros. Además, quedarse en casa si presenta síntomas es crucial para cortar la transmisión del virus.

Para saber 

Quedarse en casa es clave
El gerente de Epidemiología del Sedes, Roberto Tórrez, explica por qué es importante el aislamiento de la persona con influenza, durante, al menos, cinco a siete días. “Un enfermo, después del tercer día al quinto día recién empieza a bajar su carga viral, por lo que la transmisión ya va disminuyendo a partir del quinto día; aunque, en niños e inmunodeprimidos (personas con VIH, con cáncer o que reciben corticoides y otros) la carga viral dura de siete a diez días. En este tiempo puede seguir transmitiendo”, dice.