Su hijo, que vive en Argentina, pensó que su mamá estaba muerta y por los abogados que ‘movieron’ el caso se enteró que la mujer está viva. El defensor del pueblo y la Clínica Jurídica NUR preparan acciones

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10 de agosto de 2018, 4:00 AM
10 de agosto de 2018, 4:00 AM

El cuadernillo de investigación del proceso que hay en contra de Isabel Cuéllar Gutiérrez, que no aparecía en los juzgados donde deambuló desde 2012, reapareció a principios de este mes y reveló en sus actuados que la mujer que está detenida preventivamente en el penal de Palmasola desde febrero de 2012 sin sentencia debería haber sido llamada para ir a juicio y defenderse de la acusación en su contra hace más de cuatro años.

Cuéllar fue imputada formalmente por el Ministerio Público el 15 de abril de 2014. La sindicaron por el delito de asesinato de su esposo, Álvaro Pérez Riffarachi, que murió como consecuencia de una caída en medio de una pelea con la sindicada mientras consumían bebidas alcohólicas, y ella afirma que no fue notificada con esta imputación fiscal ni con la decisión judicial de realizar el 2 de julio de 2014, a las 9:30, la audiencia conclusiva de su caso, donde se debían subsanar todas las posibles irregularidades e incidentes que se pudieran haber presentado para ir a un juicio oral, donde un juzgador la condene por asesinato o la declare inocente.

“A mí jamás me notificaron con nada de eso que hay en los documentos, a mí me mandaron presa y nunca más nadie vino a buscarme”, cuenta desde su encierro la presunta asesina y agrega que esperó por muchos años que alguna autoridad se interese por su caso y “le pueda explicar todo lo que pasó”.

Isabel asegura que es inocente, que nunca mató a su marido y que lo ocurrido pasó en medio del alcohol y de las drogas.

“Nunca se acercó nadie a mí y cuando lo hicieron algunos abogados de Defensa Pública, ellos me decían que yo debía someterme a un procedimiento abreviado para salir libre. Pero una compañera que es abogada y que también está detenida me aconsejó que no acepte eso, porque era igual que aceptar que yo era culpable del delito por el que me acusaron”, señaló la mujer, que trabaja en la cocina del penal más grande y poblado del país.

“Yo quiero demostrar mi inocencia, necesito que la justicia terrenal me crea, como lo hizo Dios, que me ayudó a cambiar y salir de mis adicciones”, apuntó Cuéllar, que desde 2012 no ha visto a sus dos hijos, uno que ahora tiene 14 años y el otro, que se fue a buscar mejores días en Argentina, que tiene 23 años.

Dos instancias

El representante departamental de la Defensoría del Pueblo, Jorge Paz Yabeta, dijo que su equipo jurídico ya conoce el expediente del caso y que lo están analizando para iniciar una acción en contra de las autoridades judiciales que no actuaron en este proceso, vulnerando derechos humanos de estar privada de libertad.

“Aún oficialmente el presidente del Tribunal Departamental de Justicia, Zenón Rodríguez, no respondió a mi solicitud respecto a este caso”, apuntó Paz, que obtuvo los documentos del proceso de Isabel a través de otras vías.

Por su lado, la Clínica Jurídica NUR, que trabaja dentro del penal de Palmasola, solicitará la extinción de la acción penal en este caso, por la duración máxima del proceso, ya que la justicia ha demorado más de cinco años en resolver esta causa.

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