El experto plantea crear en Santa Cruz un gran anillo de cierre ambiental, que toca a cinco municipios y que evitará el desarrollo desmesurado y sin planificación

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29 de abril de 2019, 4:00 AM
29 de abril de 2019, 4:00 AM

El arquitecto, urbanista, economista y sociólogo español Alfonso Vegara, acaba de presentar el proyecto Diamante, una investigación sobre las oportunidades del futuro de Santa Cruz, financiado por empresarios y entregado a las entidades gubernamentales, en busca de mejorar diversos aspectos que incluyen la proyección de un gran anillo ecológico, paisajístico e infraestructural, el impulso al aeropuerto Viru Viru y la creación de un diálogo con el río Piraí y la ciudad.

¿Cómo está Santa Cruz y hacia dónde debe proyectarse?

Lo que llama la atención de Santa Cruz es el dinamismo, crece rápidamente. Estuvo planificada muy bien, como la ciudad de los anillos hasta el cuarto anillo, pero a partir de entonces y en las tres últimas décadas hay un crecimiento explosivo, porque ha invadido también otros municipios, como manchas de aceite, y esto es porque no hubo una coordinación metropolitana. Este tema se está desbordando, se está descontrolando. Es una oportunidad para reflexionar, a nivel metropolitano, y buscar una coherencia entre el medioambiente y los desarrollos urbanísticos, entre las infraestructuras y el desarrollo de la propia ciudad.

¿Cómo hacer para que los municipios que se encuentra alrededor de Santa Cruz de la Sierra no se conviertan en ciudades dormitorios?

Muchas veces se ha pensado en que el municipio mayor está en el centro y los otros están en la periferia, pero eso no funciona. Debe haber una estructura policéntrica, de pequeños centros, de distintos tamaños y con distintas personalidades.

Estamos sugiriendo, dentro del proyecto Diamante, un programa que se llama Los corazones urbanos, donde cada uno de los municipios tenga su plaza, lugar de identidad, espacio, que uno, dentro del área metropolitana, lo pueda visitar para darle riqueza y variedad a las opciones de disfrute del territorio para la población.

Dentro del proyecto Diamante, ¿qué medidas se están tomando en cuenta para que el crecimiento no impacte negativamente en el ciudadano?

Se están planteando una serie de proyectos como el gran anillo del siglo XXI, lo que fue el cuarto anillo en el siglo XX, tomando en cuenta que se ha producido un crecimiento como manchas de aceite muy importante.

Existe la posibilidad de articular un gran anillo metropolitano que tenga infraestructura, pero que sea al mismo tiempo un anillo verde con agricultura y reforestación, que le dé coherencia al crecimiento que ya se ha producido, que evite la urbanización difusa y que los futuros crecimientos tengan una configuración lineal paralelo al río, especialmente en el eje entre Santa Cruz y Warnes donde hay un antiguo ferrocarril, hay carretera, hay actividad económica, está el aeropuerto.

Tiene mucho sentido que desde Santa Cruz hacia Montero haya un desarrollo importante para áreas productivas y de desarrollo para no seguir creciendo de manera radioconcéntrica, porque eso genera la congestión del centro.

Estamos planteando algunas propuestas muy fuertes como el impulso al aeropuerto Viru Viru, para que sea un nudo de conectividad global, que va a ser muy importante para el futuro de Santa Cruz. También la recuperación del río Piraí, con el diálogo entre el río y la ciudad. El gran anillo, cruza el río, lo abraza y es como el cuarto cinturón, el gran anillo metropolitano paisajístico, ambiental e infraestructural.

La única opción que tenemos ahora es la de crear un anillo de cierre, que sea ambiental, que proteja de los desarrollos difusos en manchas de aceite en el futuro. Es a esto lo que llamamos el gran anillo metropolitano que toca a cinco municipios y que es la gran apuesto.

¿Cómo trabajar en ese diálogo del río con la ciudad?

El debate no es puentes sí o no, el puente es un instrumento de conectividad, la ciudad necesita estar conectada. El elemento que diferencia a una ciudad es la proximidad de las diferentes actividades. Lo que hay que plantear es un modelo de ciudad, es decir, qué papel va a jugar el río, qué papel va a jugar el centro histórico, cómo se va a crecer y dentro de esa estructura urbana ver si es necesario un puente o no.

No conozco ninguna ciudad del tamaño de Santa Cruz que esté al lado de un río y no dialogue con él. Lo que no puede ser es que el río sea un lugar peligroso, donde haya grupos marginales que hacen actividades ilegales, inseguro, el río tiene que estar integrado a la ciudad.