La técnica piel a piel no solo refuerza el vínculo, estimula el desarrollo de su primogénita sietemesina que pesa 1 kg. La mamá de 23 años falleció un día después del nacimiento de Sarita

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14 de abril de 2019, 23:30 PM
14 de abril de 2019, 23:30 PM

Hasta ahora se lo puede creer. A Richard Condori lo que más le preocupaba era que su primogénita había nacido a las 29 semanas y sin anuncio ni sospecha alguna, su esposa, Sarita Yaibona partió. No hubo despedida, solo la vio salir del quirófano en buenas condiciones, luego vino la charla con el cardiólogo que le dijo que ella tenía una afección en el corazón y que había que iniciar tratamiento y si este no funcionaba, quedaba la opción de la cirugía. Pero no hubo tiempo ni para lo uno ni lo otro. Como tampoco hubo chance de detenerse a asimilar el luto. Por ahora el suboficial del ejército, que vive desde 2007 en Santiago de Chiquitos en el regimiento Vergara, se ha quedado en Santa Cruz y cada mañana su rutina hacia la clínica Rengel le ha aportado la cuota de ternura que le permite seguir en pie.

La técnica del ‘papá canguro’

El papá asume un rol activo en el cuidado de la bebé. Este sujeta a la criatura contra su pecho y le transmite su temperatura. El contacto piel a piel estimula los latidos cardíacos, se percibe objetivamente porque la máquina empieza a mostrar que se acelera el pulso de Sarita.

Richard empezó a hacer de papá canguro a las tres semanas de nacida Sara Nihan, no lo hicieron antes porque la técnica se aplica una vez que el recién nacido está en condiciones de salir de la incubadora, es decir, cuando ya no hay amenaza de que contraiga una infección o un mal respiratorio.

La posición en que es colocada la bebé (de forma vertical) influye favorablemente en la formación de su cadera. Y lo más importante: el apego que crea un estrecho vínculo padre e hija de por vida.

El Dr. Fernando Quispe, pediatra, reconoció que es inevitable no encariñarse con ella. “Estuvimos muy emocionados por todo el drama de lo que pasó. Los prematuros normalmente tienen mucho riesgo y en el trayecto uno se ha ido encariñando”.

Sarita heredó el nombre de su madre, el Nihan lo copiaron los padres de la protagonista de una telenovela turca. La niña nació con 1 kilo y 175 gramos. La gran mayoría de los recién nacidos prematuros entran al ventilador mecánico porque la parte pulmonar necesita apoyo, pero la niña no lo requirió, cosa que sorprendió a los médicos, así como su actitud para nacer. Como dijo la doctora Name Rodríguez, que asistió el parto: “Esa bebé es una luchadora, estaba tratando de salir sola”.

Sarita ya lleva 40 días en la sala de cuidados intensivos. Dejó de recibir comida por sonda y ahora recibe alimento por succión. Pasó de 1cc. a 40 cc. de leche cada tres horas. Los avances en el desarrollo de Sarita son evidentes. “Ha sido muy bueno tener al papá aquí todos los días. Incluso la bebé le reconoce la voz. Cuándo él llega yo se lo hago notar, le digo háblele y una vez lo hace ella abre los ojos. Nosotros le podemos hablar todo el tiempo, pero con él es diferente”, cuenta el pediatra, que se emociona cuando ve a Richard haciendo la técnica de ‘papá canguro’.

Papá involucrado

El papá es un hombre menudo, tiene 35 años y es natural de La Paz, mientras que su esposa, Sarita, era cruceña y desde niña se estableció en Santiago donde su abuelita la crió. Todo el pueblo conocía a la pareja, allá se lloró el desenlace de la joven madre y también se espera con ansias a la niña. La abuelita de la difunta, una sobrina y hasta la vecina Tomasita están pugnando el título de madre sustituta, mientras en Santa Cruz, Ariani Roda, conocida rotaria de nuestro medio, se ha convertido en la segunda madre.

Ella conoce a la pareja desde que esta vivió en un departamento que tiene en Santiago y aquí, Ariani y su esposo, Miguel ‘Mico’ Montero, han estado apoyando a Richard al que han acogido en su casa como al sexto de sus hijos.

“Él tiene todo un pueblo que los está esperando, Sarita era muy querida, manos no van a faltar para cuidar a esa niña”, dice Ariani.

El suboficial del ejército no está usando uniforme. De camisa negra por el luto, pantalón y zapatos de vestir, no da una pista sobre el oficio al que dedica su vida, solo el cabello cortado casi al ras da un atisbo de su formación militar. Es muy educado y habla despacio. Se le mojan los ojos cada vez que menciona a la esposa que se fue.

“Me parecía un sueño, no pensé que vaya a pasar lo que sucedió, no estaba preparado, no sabía qué hacer. Estoy agradecido por el apoyo a la señora Ariani y a su esposo don Miguel, ellos me consolaron y estuvieron conmigo en los ratos en que no sabía cómo actuar. También el seguro (de Cossmil) ha sido una maravilla. Sara Nihan tiene tres personas pendientes de ella, es impresionante, y el gerente de Cossmil, el coronel Araoz, me dice que no se puede ir hasta que esté con unos tres kilos”, cuenta el papá.

Ni asustado ni nervioso, feliz

Sarita nació el martes de challa, a las 10:45 en la clínica Rengel. Su mamá falleció el miércoles de ceniza, a las 21:03. Ella no tuvo oportunidad de conocer a su hija, pero se respetó su deseo de que llevara el nombre que eligió.

La niña ha ido ganando peso, ahora tiene 1,7 kg. Cada mañana, cuando llega el papá se le informa cómo está. Entre invaluables jornadas de papá canguro, Richard va a tener que aprender más del mundo femenino que no domina. ¿Está asustado? ¡Feliz y emocionado! dice sin pensarlo mucho, luego se toma unos segundos y aclara que “el dolor no va a desaparecer de la noche a la mañana, la única felicidad es ella y se va a aferrar a la misma”. Un shock cardiogénico se llevó a la mamá, pero la hija se aferra a la vida.