La capacidad del nosocomio, que en su momento fue el mejor hospital del país, ha sido sobrepasada. La crisis se siente más en los servicios de Emergencias y terapia  

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12 de julio de 2018, 9:00 AM
12 de julio de 2018, 9:00 AM

El hospital Japonés, que ostentaba el ‘título’ del mejor hospital del país, está en terapia intensiva. En solo 32 años de funcionamiento pasó de ser un centro hospitalario modelo a tener que habilitar camas en pasillos y en salas improvisadas porque su capacidad, especialmente en las áreas críticas, ha sido sobrepasada.

La dura realidad que enfrenta el centro hospitalario y que la sufren a diario pacientes, médicos y enfermeras fue constatada ayer por EL DEBER. Los directivos aseguran que urge duplicar el número de camas para llegar a 400 (ahora cuenta con 200), para volver a dar una atención óptima, tal como fue en sus inicios cuando gracias a la cooperación japonesa el hospital gozaba de equipos con tecnología de punta y personal adecuado. Esto los ha motivado a elaborar un proyecto de ampliación de la infraestructura y a tocar puertas.

La situación más crítica se vive en Emergencias y en los servicios de terapia. Las 30 camas de terapia intensiva (adultos, pediatría y neonatología) y las 16 de terapia intermedia de pediatría siempre están llenas, por ello se han improvisado camas en las salas de reanimación. En este espacio los pacientes  deberían permanecer solo entre dos y seis horas hasta que sean estabilizados, pero se quedan semanas o meses porque no hay espacios en otros servicios. 

Reanimación tiene un espacio para niños y otro para adultos; el primero fue diseñado para dos camas, pero ayer habían cuatro niños; mientras que el segundo, que fue pensado para cuatro camas, cabían 12 pacientes, todos críticos, dos de ellos en el pasillo. “Es inhumano trabajar así porque no preservamos ni la privacidad del enfermo ni su condición de paciente”,  dice el subdirector del nosocomio, Alberto Nogales, quien trabaja allí desde que nació el hospital.

 Otros médicos señalan que en esa área llegan pacientes con paro cardiorrespiratorio y son reanimados junto a otros enfermos en proceso de recuperación. 

Nogales indica que  el “rendimiento en los servicios de terapia intensiva supera el 98%”, vale decir, que siempre están ocupados. “La opinión técnica dice que no es bueno tener este nivel de atención, debemos tener rendimientos menores para que siempre haya camas disponibles para nuevos pacientes”, explica. 

En Emergencias, que cada día recibe entre 80 y 100 pacientes, el consultorio de curación, que debía ser solo para suturar heridas menores, se ha vuelto otra sala más de internación por falta de espacio. Ayer habían seis enfermos recostados en camillas.

“Mi madre está en el pasillo desde el 7 de julio. Espera un espacio en terapia intensiva, pero está llena. La están atendiendo, pero no debería estar en esas condiciones”, dice Martha Elena V., hija de una paciente que está en reanimación.

Culpan al sistema

Nogales responsabiliza al sistema de salud de la situación, pues los hospitales no han acompañado el crecimiento poblacional y los otros centros de primer y segundo nivel tampoco funcionan como debería ser. “El Japonés funciona desde hace 32 años. Cuando lo inauguramos Santa Cruz tenía 450.000 habitantes y ahora supera los 3 millones. El número de camas es el mismo, pero recibe más pacientes”, agrega el galeno. 

Para Nogales, urge una ampliación y mejoramiento del equipamiento. “Este centro tiene una infraestructura y un equipamiento que se ha envejecido. Esto hay que cambiar”, agrega. El Japonés ha presentado un proyecto de ampliación a diferentes instancias, como el Ministerio de Planificación y la cooperación japonesa, que invirtió en su construcción y que durante los primeros diez años le dio apoyo técnico y financiero, pero cuando lo dejó en manos del Estado la situación del centro fue desmejorando. No hubo un adecuado mantenimiento ni renovación de equipos, tampoco se aumentaron los ítems, al extremo que el título de hospital modelo que recibió en 2011, quedó atrás. Sigue siendo un centro seguro ante sismos.

El proyecto incluye la construcción de cinco plantas, para lo cual se requiere una inversión de $us 8 millones. El proyecto fue elaborado con el apoyo de una universidad privada, que hizo un diagnóstico y estudio de la situación del Japonés. 

Opina la Alcaldía

Para el secretario de Desarrollo Humano de la Alcaldía cruceña, Paúl Cortez, lo que ocurre en el Japonés y en otros hospitales de la ciudad no se debe a que los centros del primer y del segundo nivel (administrado por la Alcaldía) no estén funcionando adecuadamente, sino más bien a la gran cantidad de pacientes que llegan de las provincias y de otros departamentos en busca de asistencia.  

Cortez hizo notar que el seguro municipal de salud amplió la atención gratuita en los centros que administra la comuna, por lo que el año pasado se atendieron a 2 millones de pacientes, de los cuales 40% provenía de otros municipios cruceños, así como de otros departamentos. 

Sobre las muertes

Investigación
Los problemas en el Japonés fueron conocidos después de un cortocircuito, que generó un apagón de un hora, la noche del lunes. En este lapso murieron dos personas, lo que dio lugar a una investigación por parte del Ministerio Público. El fiscal José Parra informó de que se investiga el presunto delito de homicidio culposo, por lo que anunció que citará a declarar a los técnicos del Japonés y posiblemente a médicos.   

Descartan otro deceso
El asambleísta del MAS Edwin Muñoz dijo que se conoció de una tercera muerte durante el apagón; una mujer (29), pero los directivos del hospital dijeron que la mujer falleció horas después del apagón.

La Gobernación destina la mitad de su presupuesto de salud a cubrir la carencia de ítems
Para paliar la falta de personal, la Gobernación se ve obligada a crear ítems que disminuyen su presupuesto y le restan recursos para equipamiento e infraestructura, que son su competencia, según la Ley Marco de Autonomías, mientras que los ítems son responsabilidad del Gobierno.

Así lo afirmó el director de Políticas Sociales de la Gobernación, Duberty Soleto, quien ocupa interinamiente la Secretaría de Salud, y que ayer respondió a los cuestionamientos ligados al equipamiento en el hospital Japonés. Lo hizo acompañado del gerente del San Juan de Dios, Marcelo Ríos; del gerente de la Maternidad, Jesús Flores; y de la directora de Gestión Hospitalaria, Alison Monje. 

Fruto de la transferencia del tercer nivel sin la asignación recursos económicos estamos viendo efectos en los centros hospitalarios”, dijo Ríos, agregando que eso se suma a otras medidas, como la reducción de un 60% del IDH y el congelamiento de las regalías, que han generado problemas económicos, que impiden a la Gobernación atender como se quisiera la salud. Sin embargo, agrega que se hacen los esfuerzos necesarios para garantizar la atención a la población, ya que asigna el 30% de su presupuesto a la salud y es el gobierno departamental que más invierte en esta área. 

Según la Gobernación, más de Bs 373,4 millones son destinados al funcionamiento de los hospitales de tercer nivel, de los cuales, Bs 140,8 millones van al pago de 1.800 ítems para cubrir la carencia de cargos. “Son 140 millones que la Gobernación invierte en ítems y si el Gobierno asumiera su competencia, tendríamos dinero suficiente para infraestructura e ítems”, afirma Ríos.

Soleto ve afanes políticos de parte de asambleístas del MAS para empañar la gestión de la Gobernación, que ha equipado a los hospitales con aparatos de última tecnología, como el acelerador lineal en el Oncológico. 

EL DEBER intentó comunicarse con el ministro de Salud, Rodolfo Rocabado, pero no fue posible.