Hay tres incendios grandes que quitan el sueño; uno de ellos amenaza al parque Noel Kempff. A ello se suma la sequía que está causando estragos en el ganado

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23 de agosto de 2019, 4:00 AM
23 de agosto de 2019, 4:00 AM

Los incendios forestales han calcinado hasta el momento 774.711 hectáreas de bosques y pasturas en 35 comunidades de 11 municipios de la Chiquitania a casi un mes del inicio del desastre, según reportó el ministro de Defensa, Javier Zavaleta, quien anunció que se impulsa el Plan Tajibo, que implica la atención de los incendios y de la sequía, que reduce el agua para el consumo humano y también está causando estragos en el ganado.

Zavaleta dijo que hasta el momento registraron ocho familias damnificadas, que han perdido sus viviendas, y 1.817 personas afectadas por los incendios. Aseguró que las víctimas serán atendidas con prioridad.

A decir del ministro, preocupan tres incendios forestales, en Puerto Busch, Charagua y San Rafael, que se han tornado “incontrolables”, y solo podrán ser atacados por el avión Supertanker, indicó el ministro de Defensa, quien aclaró que, pese a las dimensiones del desastre, “no hay riesgo inminente de que el fuego alcance alguna comunidad, por lo tanto, no es necesaria ninguna evacuación”. El fuego descontrolado está abrasando una superficie de 40 km cuadrados en Puerto Busch y Charagua, cuyos lugares son inaccesibles.

El Noel Kempff en riesgo

El comandante del Regimiento Warnes, Gílber Balderrama, informó de que el fuego está cerca de la reserva natural en flora y fauna más grande de Bolivia, el parque Noel Kemppf Mercado, ubicado al norte de San Ignacio de Velasco.

Ese dato fue informado por la autoridad militar al gobernador, Rubén Costas, que ayer estuvo en San Ignacio entregando ayuda humanitaria y dando inicio a la perforación de pozos para esta población golpeada por los incendios forestales y por la sequía.

Algunos nubarrones y relámpagos alegraron a la población ignaciana, incluso a eso de las 19:30, cayó un mangón, pero luego, las nubes se disiparon. Asimismo, se supo que el miércoles en la comunidad La Chirimoya, 120 km al norte de San Ignacio, llovió, lo que da la esperanza de que en cualquier momento llueva.

Por otra parte, el gobernador levantó ayer la palanca de una bomba para inaugurar uno de los pozos perforados cerca de la planta de tratamiento de la operadora de agua y que expulsará 12.000 litros por hora. Dos pozos fueron habilitados ayer y la maquinaria perforará otros seis en comunidades campesinas.

En total serán ocho pozos los que se perforarán en San Ignacio para garantizar el suministro del líquido vital.

El hato ganadero, sufre

Ganaderos grandes y chicos de la Chiquitania han empezado a sentir el impacto del desastre y ya hablan de una pérdida de $us 5 millones por la muerte de ganado y la quema de pasturas, alambrados, postes y corrales, como en Roboré, que perdió al menos el 80% del pasto.

En un recorrido que hizo EL DEBER por comunidades y estancias ganaderas, se observó destrucción de predios ganaderos, reses con el espinazo visible en pie; otras echadas agonizando y varias muertas por causa del hambre, la sed y el ambiente contaminado.

El director del Senasag, José Luis Morales, manifestó que los daños por el fuego son cuantiosos y no hay alimentos para un hato de más de medio millón de ganado vacuno que tiene San Ignacio.

El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico, indicó que el problema del ganado es más a consecuencias de la sequía que de los incendios y admitió que la afectación es generalizada en la zona por la falta de agua prácticamente todo el año.

En la jornada de ayer, la ayuda humanitaria se multiplicó en algunas poblaciones y la fuerza de trabajo también, pues el ministro de Gobierno, Carlos Romero, anunció el envío de 600 agentes equipados con palas y mochilas extintoras, que relevarán a una parte del contingente que está trabajando desde hace días. 250 oficiales viajaron anoche y hoy lo harán otros 100, dijo Romero.